El bloqueo impuesto por la Sala de lo Constitucional al decreto que modificaba los porcentajes para que el Organo Ejecutivo pudiera utilizar el fondo de los pensionados para su jubilación, y especialmente la reacción del señor Presidente de la República, reflejada en la cadena nacional que siguió al anuncio de la Sala, demostró que el pensamiento de la exdirigencia guerrillera, no se ha movido ni un centímetro en los veinticinco años transcurridos desde los acuerdos de paz firmados en Chapultepec. Se hizo evidente la forma brusca en que la dirigencia guerrillera tomaba sus decisiones para defender y continuar su guerra contra “la oligarquía” y que a la larga solamente produjo mas muerte, desolación y destrucción de las instituciones y obras físicas en nuestro país.

La mencionada “cadena nacional” fue un exabrupto del ejecutivo que denotaba desesperación, derrotismo, ansiedad, disgusto, resentimiento y desesperanza. La resolución de la Sala –como muchas otras que ha pronunciado– causó un gran malestar al gobernante, acostumbrado a que sus órdenes no se discutían cuando era comandante guerrillero, puesto que en aquel entonces el disidente al pensamiento del líder, era sancionado, sin juicio, trámite ni diligencia, a la pena máxima, sin proceso ni discusión alguna, bajo la ley del mas fuerte. Así se describe en el libro donde se reportan las ejecuciones ordenadas por el connotado subversivo Mayo Sibrián, bajo las órdenes de su comandante, actual gobernante de nuestro país.

El ímpetu de la presentación televisiva del actual comandante general de la Fuerza Armada, no pudo ocultar la frustración del exponente, quien de alguna forma llamó a respaldar las acciones que devendrían como consecuencia por el atrevimiento de la Sala, de anular los efectos de un decreto abusivo que ordenaba utilizar en quien sabe que fines, los fondos de los salvadoreños previstos para cubrir las pensiones de los jubilados, pero en la forma prevista por las leyes. En forma amenazadora, el gobernante llamó al pueblo a acompañarlo en las medidas (de hecho o no, ilegales o no, de fuerza o no, no lo sabemos) que tomaría como reacción a la decisión de la máxima autoridad en materia de legislación e interpretación Constitucional.

Al día siguiente, otros funcionarios cercanos al primer mandatario y, después de bajar el termómetro de las primeras emociones, se mostraros menos beligerantes y más comprensivos con la resolución judicial, y posiblemente con mejor ánimo para aceptar una realidad que debe de cumplirse.

Lo anterior no ha sido aceptado por otros elementos importantes del partido de gobierno, que, bajo posiciones políticas radicales, han anunciado promover la descolocación de la Sala, y, en extremo, la derogatoria de la Constitución –al estilo Venezuela– y la proclamación de una nueva, suponemos de corte socialista al estilo Cuba, que suprima la propiedad privada y la estructura capitalista del actual sistema. En los próximos días, estaremos observando cuál de los grupos predominantes de los dirigentes de ese partido asumen el control de cuál de las variedades ideológicas socialistas predominan y cuáles serán las medidas que el ciudadano presidente propondrá para que el pueblo le acompañe.

Es evidente que los salvadoreños estamos en un proceso crítico en el que todos debemos participar para defender los principios e ideologías que al final nos concederán la libertad.

El espejo sudamericano llamado Venezuela nos refleja una situación clara del futuro de nuestra nación, para el caso de escoger el camino equivocado. Para mientras, esperamos que los dirigentes actuales del FMLN, tengan la capacidad de reflexionar y hacer entender que en los países democráticos –como el nuestro– los hechos se rigen por normas y nadie puede imponer formas de vida que los súbditos no acepten de su gusto. Pasó el tiempo en que al disidente lo mandaban al paredón.