Abraham (léase: Organizaciones de sociedad civil) se enteró de los divinos designios y trató de interceder pidiéndole que tuviera piedad, pues no todos eran tan pecadores, (léase: la sociedad civil piensa que quedan algunos diputados honestos y trabajadores); y Dios (el pueblo) que es tan misericordioso, quiso darle una oportunidad y le dijo a Abraham: “preséntame al menos 10 justos de las ciudades y las salvaré”. (La Sociedad civil, reiteradamente ha pedido a los diputados que se dejen de juegos sucios y oportunistas eligiendo en tiempo a los mejores).
Abraham no pudo encontrar a los 10 justos de Sodoma y Gomorra (y la sociedad civil no logra encontrar 10 diputados que realmente sean honestos y trabajadores por el pueblo)…. Ya todos sabemos cómo terminaron Sodoma y Gomorra, y cómo Abraham se salvó recogiendo sus enseres y huyendo de la ciudad.
No es necesario que la historia se repita en nuestro caso, pero tanto la Asamblea como los partidos políticos no pueden continuar comportándose de la manera que lo están haciendo; por ello es necesario, para empezar, que al menos 10 de los 83 diputados (no se valen suplentes), demuestren públicamente que rechazan el desempeño de sus jefes de fracción y de sus cúpulas partidarias, y que no puede tolerarse la incapacidad de lograr el acuerdo para elegir a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, simplemente porque privan los intereses personales y partidarios por encima de los intereses nacionales y, en definitiva, se pretende modelar la Sala de lo Constitucional a imagen y semejanza de lo que hoy es la Asamblea Legislativa.
Cada día que pasa sin que los diputados hagan lo que debieron hacer hace más de dos meses, es una acusación contundente contra la actual Asamblea Legislativa que, se va hundiendo cada vez más en el desencanto y ganando un mayor rechazo de la ciudadanía.
Este un ejemplo más de por qué el sistema de partidos políticos está tan desprestigiado ante la conciencia del pueblo y por qué ahora anda en búsqueda de una alternativa a sus anhelos y esperanzas.
Ha llegado el momento de tratar de salvar al primer Órgano del Gobierno y esto tiene que empezar por un gesto de los diputados honestos y trabajadores por el pueblo, si es que queda alguno, pues una reforma sustancial a Asamblea Legislativa como a los partidos políticos requiere de un esfuerzo concertado entre la sociedad civil y miembros del parlamento y militantes de los partidos políticos que estén conscientes de esta necesidad.