El documental recorre toda Iberoamérica entre músicos, cantantes, cineastas, productores, actores, promotores, quienes al no tener alternativa nos quedamos con las manos atadas, solo con la posibilidad de “reinventarnos”, Pinzón, gerente de producción de manera sarcástica pone sobre la mesa lo que podría significar esto: si esta sindemia hubiese afectado más a otros profesiones que tal verlo al revés, estos se reinventarían con aprender a tocar un instrumento y ganarse la vida así mientras pasa la crisis.

Luis Alvarado, músico y productor venezolano hace el llamado a que el arte deber prevalecer pase lo que pase , no es posible dejar atrás lo que por mucho tiempo has sido, Angelica Bazán, coreógrafa mexicana, ante la pregunta sobre que ha perdido en esta crisis, centra su réplica en casi todo su espacio de desarrollo, donde practicaba con su compañía y presentaba sus producciones, además pone el dedo en la llaga al expresar que si una generación educa a la otra sobre que el arte es algo inútil esta también seguirá repitiendo lo mismo a la siguiente y finaliza con un frase lapidaria: “solo con arte y ciencia, este país saldrá de la miseria y los escombros”.

Uno de los músicos señala sobre los vacíos que deja el apoyo gubernamental, ya que el narcotráfico ha tomado ese lugar de tener presencia en la cultura a través de una subcultura “la narcocultura”. Lo que perjudica grandemente a las nuevas generaciones al tener como referencia este tipo de manifestaciones culturales que socavan a la sociedad.

La parte final del documental pone en el centro a Centroamérica, a que existimos y que las afectaciones al sector artístico cultural no solo han sido de carácter económico sino emocional y de estabilidad psíquica, muchos se dieron cuenta que se encontraron solos sin contar con un apoyo afectivo, se enteraron de tener compañeros pero no amigos.

Muchos han visto esto como una nueva oportunidad, a través de la transmisiones por Internet , pero también Vanessa Tomasino , cineasta salvadoreña llama a que el artista no debe de olvidar su rol dentro de la sociedad y salir con más fuerza, ser la voz de aquellos que perdieron su vida y quedaron sin esperanza.

Esta crisis sanitaria nos ha significado que existimos como creadores y que también sufrimos pero que al mismo tiempo como apunta dentro del documental Pamela Robin que no se nos vea con lástima y que si somos importantes, y No somos leyenda.