Se dice que en este plano existencial todo tiene su nombre, pero no es cierto del todo. Una excepción es el significado de la palabra saudade, la cuál etimológicamente estuvo presente de manera arcaica en lenguas portuguesas, árabes y con influencias del latín, mas aún asi no se tiene consenso sobre su origen. En un momento determinado, dicha palabra se vio relacionada con el saudosismo que era una corriente cultural, literaria, política y filosófica aparecida a inicios del siglo xx en Portugal, que venía a tener una significancia como ente metafísico y mostrarla en la relación del hombre con Dios y con el mundo, el ansia nostálgica de unidad de lo material y lo espiritual. En 1980 el sacerdote y escritor español Andrés Torres Queiruga con motivo de su nombramiento como académico de la Real Academia Gallega pronunció un discurso titulado Nova aproximación a unha filosofía da saudade (nuevo enfoque de una filosofía de la nostalgia), en el que con afán de clarificar la palabra saudade la ubica como “algo en dinamismo intrínseco orientado a las raíces mismas del existir coincidiendo a una apertura a las trascendencia”.

Pero lejos de las variadas interpretaciones, lo cierto es que saudade evoca a un sentimiento el cual se desea expresar pero se vuelve difícil definir; siendo equivalente a la melancolía, soledad, nostalgia por una persona o lugar de origen, pérdida de algo no concreto, etc. Sin embargom, la diferencia consiste en cómo la percibe cada persona que la siente.

Podría ser tal vez, según mi opinión, aquello que va sucediendo con nosotros, no necesariamente positivo o negativo sino el avance mismo de nuestros destinos que de alguna manera nos ayuda a crecer con cada vivencia emocional y espiritual, develando a su tiempo aprendizaje y enseñanza a lo cuál muchas veces llamamos madurez a través de experiencias, según se aprecie. Dicho avance produce ciertas nostalgias y tristezas, puede que también un tanto de cansacio emocional por la pérdida de personas que amamos, lugares que dejamos y situaciones que finalizan por diferentes razones o motivos que surgen en el devenir. Con todo esto se produce un bagaje emocional que pudiese ser saudade.

Por supuesto que puede ser mucho mas según la interpretación o adecuación particularmente. En busqueda de esencia es un concepto que tiene que ver con la trascendencia humana.

Con ese mismo bagaje de emociones estamos llegando al final de este año que quedará marcado en la historia del mundo y en la vida de cada uno de nosotros por las diferentes situaciones que hemos o seguimos enfrentando. Algunas personas han perdido familiares, amigos o conocidos por este virus mortalmente invisible que acecha persistentemente, sin tregua; otros, a engrosar la lista temible de desempleados, cierres de micro y pequeñas empresas, un sinfín de circunstancias difíciles. Por lo tanto, deseamos pasar pronto la página, confiando que el futuro sea por lo menos un poco condescendiente a nuestras propias expectativas; sabemos que nada borra lo acontecido y rememorarlo produce tristeza, así mismo un panorama sombrío económico y una salud mental afectada por gran parte de la población ha encendido una alerta de la que ya existen signos visibles de su manifestación, lo que lleva a pensar un doble esfuerzo por tratar de salir o seguir adelante

Debe ser la misma trascendencia humana la que debe imperar ante lo ocurrido, saber que nada dura para siempre, aún las malas épocas por eternas que se planten frente a nuestros destinos y quieran frenar la realización de sueños y proyectos. Puede ser que nos aferremos a la esperanza y el amor de esta manera impulsándonos y fortaleciéndonos ante lo adverso, puede ser. Pero como ya hemos visto más arriba no todo se le puede dar nombre, aún así sabemos que existe porque lo podemos percibir en nuestras emociones, en nuestro espíritu. O talvez como dijo Chico Buarque O que será.