Cuando usted sale de casa, se ha dado cuenta de la cantidad de vehículos que circulan a diario principalmente en nuestra capital, el parque vehicular asciende a 1.3 millones de automóviles, lo que significa que la capacidad vial ha sido superada según datos de 2019 del Viceministerio de transporte. Lo que es más preocupante es que cada año ingresan 100,000 vehículos al país, pero mientras tengamos un transporte público que no ofrece ninguna mejora y se sigue subsidiando sin ninguna condición, la opción por hoy es el vehículo privado.

Hace unos días, el alcalde de San Salvador anunció con gran orgullo la enorme bandera que se va levantar en el redondel Masferrer a un costo tan oneroso como de $ 300, 000 y que nos hará sentir orgullosos de ser salvadoreños. Ya hubo otros actos similares cuando el exalcalde Norman Quijano se dedicó a izar unas banderas en otras plazas de San Salvador para darle, según él, mayor vistosidad a estos lugares emblemáticos que se encuentran en nuestra ciudad capital. Tal parece que adornar plazas y parques es una buena forma de hacer política y darnos a entender que debemos sentirnos orgullosos de tener estos lugares, si bien es cierto, necesitamos de lugares y espacios de esparcimiento, diversión y cohesión social para llevar a los capitalinos salud mental y más en estos tiempos de luto y dolor un poco de diversión. Poco tardó en izarse la bandera para partirse en pedazos.

Pero, ¿por qué no hacerlo de otra manera?, si echamos una mirada alrededor de la capital, los semáforos y los puntos de alto del tráfico se han convertido no solo en puntos de venta para comerciantes sino también en escenarios al aire libre donde vemos malabaristas, bailarines, payasos y un sinfín de artistas urbanos que al no tener otro espacio recurren a ganarse la vida con las monedas que los automovilistas les brindan.

¿Qué tal si la administración municipal los visibiliza y los agrupa para darles la oportunidad de mostrar su arte en las plazas y parques de la ciudad , así como se ha hecho con pequeños empresarios los fines de semana donde comercian sus productos, también el arte es un producto de carácter creativo?

Las expresiones artísticas en nuestro medio como es bien sabido quedaron anuladas durante la pandemia y muchos creadores han recurrido a otras formas de subsistencia, otros perdieron la batalla contra el covid y se quedaron con la esperanza de volver a los escenarios, esta es una buena oportunidad de darle dignidad al sector artístico cultural y al mismo tiempo al ciudadano que en esta época visita las plazas y parques para ver árboles y luces navideñas con el fin de pasar un momento ameno y compartir con su entorno social, por supuesto con las medidas de bioseguridad.

Nuestra capital merece un mejor entorno más allá de bonitos parques y plazas con banderas ornamentales; un toque cultural y artístico les daría más atractivo y nos haría sentir más orgullosos de contar con creativos que enaltecerían nuestro espíritu, se han hecho algunas acciones como el Festival Punto Cero en 2019 en el Centro Histórico, pero por otra parte vemos el abandono en el que se encuentra el Teatro Roque Dalton.

Así, San Salvador podrá tener la bandera más alta de la región, pero tenemos la capital más sucia, empezar por llevar arte y cultural no creo que cueste más de $300,000 para tener una ciudad como centro cultural más atractiva de la región y contrarrestar el caos vehicular que vivimos a diario.