Las múltiples migraciones que se conocen pero que poco se comentan siempre son objeto de estudio. En las aulas universitarias siempre se conversa de forma extensa de la migración salvadoreña a Estados Unidos que desde luego es importante poder abordarla de carácter integral, sin embargo, la grave problemática migratoria de venezolanos, cubanos y nicaragüenses llama mucho la atención.

El 16 de Julio de 2018 en un medio importante de Panamá se publicó un artículo titulado “El TPS Centroamericano” quizás en El Salvador esto pueda leerse de película y que lo más doloroso del calvario de migrar lo tiene El Salvador por sobre todo, no. En ese artículo se enfatizó que ya es una problemática grave la migración legal e ilegal la que Centroamérica recibe, especialmente Costa Rica y Panamá en donde se reciben cientos de miles de personas de las nacionalidades anteriormente mencionadas, no existe por el momento una regulación migratoria de carácter regional para la gente que viene a nuestra región, las organizaciones que velan por los derechos de los migrantes no han colocado la suficiente prioridad a la migración que estamos recibiendo en calidad de refugiados, por causas humanitarias de la cual El Salvador no está en caso lejano. El año pasado las autoridades migratorias costarricenses manifestaron que se atendieron un promedio de mil citas semanales para ciudadanos de Nicaragua solicitando asilo en su país.

¿Acaso Centroamérica se podría convertir en una región para una migración que no podremos atender a sus necesidades? ¿Acaso nuestra región podrá estar preparada para poder brindarles una mejor calidad de vida a los que huyen por causas humanitarias y que son asilados? Debemos preguntarnos esto seriamente.

En Costa Rica se puso en marcha la semana del 12 de Agosto del año corriente con cooperación de la OEA una iniciativa que pretende mejorar las condiciones en que se encuentran los ciudadanos de Nicaragua en dicho país, esto es importante porque ya se ha logrado la atención de las autoridades multilaterales en esta problemática.

Raquel Vargas, directora de Migración de Costa Rica ha dado a conocer estas cifras para que tengamos una idea de la magnitud que ya está viviendo nuestra región desde adentro: se han concedido 22 mil 639 solicitudes de refugio presentadas en Costa Rica de las cuales 18 mil 170 son de Nicaragua, 1,586 venezolanos, 933 salvadoreños, 777 colombianos y 589 cubanos, entre otros. Estos datos se han dado a conocer el 12 de agosto por medios costarricenses. ¿Podemos actuar a tiempo verdad?

Las organizaciones humanitarias que velan por los derechos de migrantes pueden tener un trabajo protagónico en esta problemática que vivimos los centroamericanos desde adentro, no sólo la migración que se nos va a Estados Unidos de forma ilegal, esto que sucede en Costa Rica y Panamá es suficiente motivo para velar por los derechos de los migrantes que se hablan pues tienen la misma importancia.

Algo que sí se puede destacar es que la migración no se puede erradicar por completo, en ningún país del mundo, siempre hasta en el mejor país con el mejor gobierno y con fuentes de empleo inagotables se tendrá migración porque es algo inherente de la humanidad, es parte del ADN del ser humano. Lo que puede hacerse es trabajar desde nuestro espacio para contribuir a que la migración irregular no incremente, sino que se disminuya porque sí hay fuentes de trabajo y oportunidades para las nuevas generaciones, esto en el mejor contexto.

En un contexto negativo, no se le puede prohibir a alguien que vive en un territorio donde sus gobernantes promueven la represión como Venezuela y Nicaragua a que puedan huir, para poder protegerse y progresar donde se les pueda brindar oportunidad. En el sur, los gobiernos de Brasil, Argentina y Chile han permitido la migración venezolana, ya que las causas son de carácter humanitario. Es tiempo que Centroamérica pueda diseñar una política regional migratoria para las personas que ingresan a Centroamérica por las causas que se han mencionado, la priorización migratoria es múltiple y la atención no debe ser solo por unos meses sino que debe procurarse que sea permanente.