Ciertamente, las necesidades de Salud y Educación, dos sectores importantísimos de la República de El Salvador, no son de restarles responsabilidades, al contrario, exigirles cumplan con sus políticas tal como están establecidas. Por ejemplo, la Reforma de Salud, con la estrategia de la Atención Primaria en Salud está claro que es la puerta de entrada al sistema y desde allí, la atención tendrá que ser Integral, entendiendo esa integralidad en dos sentidos, uno que todo acto médico contenga el componente salud mental, y el otro es que por excelencia desde allí se hará prevención; pero esta deberá de ser en tres niveles:

Primaria: desarrollar actividades de fomento, promoción y prevención propiamente dicha que es detectar tempranamente alguna alteración.

Secundaria, Tratar las alteraciones encontradas, evitando queden secuelas.

Y Terciaria, iniciar inmediatamente tareas rehabilitadoras con todo individuo.

Aclaro, en este nivel, la prevención que se realiza es de baja complejidad, pues enseguida se tendrá el nivel hospitalario, que según lo establecido por la Reforma, el hospital de segundo nivel debe tener capacidad para resolver el (80%) de los problemas de salud que se presenten. Y el 20 % restante lo deberá de resolver el hospital de tercer nivel, que son los llamados hospitales especializados.

Además de la descripción de estos sencillos conceptos y enunciados están los Sistemas de Redes Integrales e integradas de Salud de la misma Reforma. ¿Qué pasa entonces? En todos los niveles faltan recursos, desde humanos, financieros y de equipo. Por tal motivo, yo, como médico y salubrista opino que hay que hacer reajustes en algunas estructuras como Fosalud, que no tiene razón de seguir existiendo si el Ministerio habrá de asumir la responsabilidad de cumplir la atención como dicen hoy 24-7, y en todo el sistema; y esos fondos que ha venido recibiendo ese “ente” desde una docena de años, que venga a fortalecer el presupuesto normal del ministerio, y este a su vez tenga capacidad de proporcionar de manera real, la verdadera atención integral, con las correspondientes prevenciones e incorporaciones del componente inseparable de la salud mental a través de todo el sistema; que de justicia lo merece al pagar sus impuestos oportunamente.

Me parece muy bien, que el nuevo gobierno se interese en que funcione el Sistema Nacional de Salud, existe ya una ley con los sectores ya conocidos pero que no se siga fraccionando, como ha sucedido con Fosalud, y se ha enquistado y adquirido independencia dentro del Ministerio de Salud, conformando innecesariamente casi otro subsistema, incrementando costos de todo tipo.

Y el ministerio de Educación, también debe de tener capacidad de proporcionar a toda la población y en todos los niveles “Educación Integral”, tal como lo establece la Constitución de la República. El nuevo modelo de la Escuela Inclusiva de tiempo pleno, lo facilita, por lo tanto, urge incrementar su cobertura.