Un día antes de ser juramentado como magistrado y presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), el abogado Belarmino Jaime, quien se encontraa acompañado de su amigo Mario Héctor Salazar, recibió una llamada. Él estaba en su celular y su amigo respondió.

–¿Quién es?

–No sé.

–Aló.

–Aquí le habla Mauricio Funes.

“Yo creí que era broma”, dice Jaime, quien basándose en sus recuerdos contó en una entrevista esta anécdota.

–Ajá, cómo no, ¿en qué le puedo servir?

–Esto es para avisarle que hoy en la noche lo van a juramentar como presidente de la Corte.

–¿Ah si no?, fíjese que hasta ahorita es primera vez que alguien me dice de esto, pero de la Asamblea a mí no me ha llamado a nadie.

–Pero en eso quedamos.

Una secretaria de la Asamblea Legislativa le llamó y le anunció la juramentación.

No era ningún secreto que Casa Presidencial fue el lugar en donde negociaban quiénes serían los nuevos magistrados del máximo tribunal de justicia. Las pláticas habían iniciado desde la gestión del expresidente Antonio Saca. La elección debía estar lista el 1 de julio de 2009. No fue así.

El 1 de junio, Funes tomó posesión del Ejecutivo. Dos días después, la noticia en los periódicos era el extraño suicidio contra Adolfo Tórrez.

Luego de ese hecho, la negociación en Casa Presidencial era noticia frecuente y no era un secreto que los expresidentes de gobiernos de ARENA, Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol, Francisco Flores y Antonio Saca, estaban tras la negociación de las magistraturas del primer tribunal de justicia del país. Sin embargo, los dirigentes de los partidos políticos no se atreven a considerarlos autores de la elección de la generación 2009-2018 de la CSJ. Quizás, coautores.

El 15 de julio, cuando finalmente alcanzaron un acuerdo, Funes montó una conferencia de prensa en donde, acompañado del fallecido Franzi Hato Hasbún, secretario de la gobernabilidad, anunciaba el acuerdo. Junto a él, estaban los entonces diputados del FMLN Sigfrido Reyes y Norma Guevara, así como el presidente de la Asamblea Legislativa, el pecenista Ciro Cruz Zepeda. Además, estaban Douglas Avilés, de Cambio Democrático (CD), Donato Vaquerano, de ARENA, Roberto Angulo, exjefe de fracción del PCN.

También había estado en la negociación José Luis Merino, influyente dirigente del FMLN.

Una fuente política señaló que Rodolfo Parker, un dirigente del PDC bastante activo en la negociación, propuso a tres de los electos: Florentín Meléndez, Belarmino Jaime y María Luz Regalado. Según la fuente, Sidney Blanco fue propuesto por el FMLN y Rodolfo González fue propuesto por Ciro Cruz Zepeda, del Partido de Conciliación Nacional.



Un largo camino

El atraso de esta elección inició cuando, el 24 de marzo, el Consejo Nacional de la Judicatura, más de tres meses antes de la elección, eligió a tres de sus miembros como propietarios, algo que provocó una demanda de amparo a raíz del cual la Sala de lo Constitucional ordenó a la Asamblea suspender el proceso de elección.

En la lista, además se incluyó a Fabio Castillo, que comenzó a ser rechazado públicamente por ARENA.

Una fuente que estuvo en las negociaciones aseguró que Funes se había comprometido con Castillo, excoordinador general del FMLN, a apoyarlo. “Fabio Castillo nunca le perdonó a Funes que lo dejara de apoyar”, aseguró la fuente.

Día tras día, ARENA le subió el volumen al veto a Castillo bajo el argumento de su nexo partidario. El expresidente Cristiani lo comparó con elegir al expresidente Calderón Sol como magistrado.

El 6 de junio, un reportaje de Diario El Mundo cuenta que la negociación era poner a Fabio Castillo de presidente de la CSJ y a Gloria Lizama de Funes como fiscal general, un cargo que debía nombrarse el 21 de abril de 2009, pero que finalmente se eligió en septiembre. Según la publicación se había dado en una reunión entre diputados leales al expresidente Saca y el FMLN.

A mediados de junio, magistrados de la Corte proponían públicamente el traslado de magistrados entre salas para conformar la Sala de lo Constitucional, algo que ARENA no descartaba; y el FMLN vetaba a Luis Martínez y Raúl Somoza en la elección de fiscal general de la República.

Poco después que Sigfrido Reyes hablara de un golpe de Estado pretendido por el expresidente Cristiani para tomarse la Corte, el FMLN se mostró abierto a que el CNJ “limpiara” el listado, y la Asamblea acusó a la Corte de frenar la elección por la falta de resolución de las demandas.

El día se acercaba y no había acuerdo. La Corte finalmente quedó sin presidente y sin la tercera parte de sus magistrados. El periodo de Agustín García Calderón había concluido el 30 de junio. Ese día, los magistrados del CNJ declinaron sus candidaturas.

A inicios de julio, ARENA, PCN y PDC se mostraban a favor de mover magistrados de otras salas, pero el FMLN les advertía que serían ilegales.

Algunos nombres se comenzaban a mencionar: Sidney Blanco, que era vetado por ARENA, partido que mencionaba a Óscar Santamaría, rechazado por el FMLN.

Fue el 9 de julio cuando el entonces presidente de la Asamblea envió una carta al CNJ para que enviara nuevos candidatos. Norma Guevara, del FMLN, auguraba una demanda de amparo. Un día después, salieron a la luz pública los nombres de Florentín Meléndez, Belarmino Jaime y Sidney Blanco.

“Hemos trascendido de la típica manifestación de cuotas, ya lo van a saber cuando salgan los nombres”, decía el entonces diputado Douglas Avilés, de Cambio Democrático (CD), a la salida de las reuniones en la Presidencia.

Reparto, traslados y...

Una fuente cercana a las negociaciones aseguró que esta pasó por tres etapas: las cuotas, el traslado de salas y la elección de personas de fuera. Desistieron de las cuotas, luego de que todos los partidos sacaran sus favoritos y terminaran por conocerse mutualmente todas sus cartas.

Un segundo momento fue el traslado de salas, algo que también se descartó. Finalmente le apostaron a negociar con base en “perfiles”. “No hubo resistencia, ahí ayudó Funes, los expresidentes no rechazaron la propuesta”, dice uno de los negociadores.

“Los partidos vieron en Belarmino un profesional riguroso con personalidad, a Rodolfo como un académico, había trabajado en la Sala, Florentín, especialista en derechos humanos”, cuenta.

Así, el 14 de julio, el CNJ propuso los nombres que ya tenían el aval político negociado en Casa Presidencial. “Fue una casualidad, una feliz coincidencia”, decía públicamente el presidente del CNJ, David Gonzalo Cabezas, ya fallecido. Fue el 15 de julio cuando Funes anunció el acuerdo en una conferencia de prensa. Fueron juramentados a las 7:09 de la noche del día siguiente. “Renunciamos a nombrar abogados que respondan a intereses ajenos a la justicia”, decía Roberto Angulo (PCN). “Queremos independencia de la justicia”, decía Norma Guevara (FMLN).