La Asamblea Legislativa gastó un total de $54.6 millones de enero a diciembre de 2017; destinó la mayoría de los fondos a las remuneraciones de los empleados, tanto los institucionales como los contratados por las fracciones de los partidos políticos.

A diciembre de 2017, la Asamblea gastó $2.4 millones menos que el monto ejecutado en todo 2016, pero su gasto en remuneraciones subió en $5.3 millones en relación al mismo año. Durante los últimos tres años del órgano legislativo, el dinero destinado a los salarios de la Asamblea ha aumentado en $7 millones o 18 %.

El informe de ejecución presupuestaria indica que en el año 2017 la Asamblea destinó $46.5 millones a remuneraciones, pero solo $12.08 millones fue utilizado en remuneraciones permanentes; el resto fueron remuneraciones eventuales, gastos de representación e indemnizaciones, así como prestaciones de los empleados. Solo en gastos de representación, el gasto ascendió a $1.8 millones.

Así, durante los últimos cinco años, el presupuesto destinado a remuneraciones del poder legislativo del país ha crecido $13,670,394.34, es decir, un 41.6 %.

Pero, en general, el presupuesto de la Asamblea Legislativa ha tendido al aumento. En 2002, el presupuesto legislativo era $17.7 millones y los diputados gastaban $11.4 millones en las remuneraciones de la institución. Diez años después, en 2012, el gasto se había triplicado a $56.3 millones y $33.5 millones en la planilla de trabajadores.

El presupuesto global de la Asamblea siguió creciendo con muy pocas excepciones anualmente: de $57.8 millones a $58.5 millones, luego a $59 millones, después $58.2 millones hasta llegar a $58.3 millones en 2018. El gasto ejecutado solo ha disminuido, muy levemente, en 2013, 2015 y 2017.

¿La Asamblea gasta todo lo que presupuesta? La respuesta es no. En 2017, hay un remanente de $3,617,080.63. Un año antes, tuvo un remanente de $2.6 millones. En 2015 fue de $1.9 millones, en 2014, de $1.2 millones y en 2013, de $8.6 millones. En 2012, les sobró $1.5 millones; y en 2011, $562,137.52, según datos públicos de la misma Asamblea Legislativa.



¿En qué gasta la Asamblea?

Además de salarios, el segundo gasto mayor del órgano legislativo es la compra de bienes y servicios: $1.2 millones en bienes de uso y consumo, de los cuales $225,653.90 se destinan a productos alimenticios para personas, $200,067.80 para combustibles y lubricantes; $1.3 millones para servicios básicos de los cuales $531,835.03 se destinan a teléfonos de algunos empleados y de los diputados.

La Asamblea también gastó $163,148.54 en publicidad, $132,766.82 en atenciones oficiales y $1.1 millón en pasajes y viáticos, así como $373,696.95 en pasajes al exterior. El presupuesto detalla que se gastaron $804,906.40 en viáticos por comisión externa.

En consultorías, estudios e investigaciones, la Asamblea gastó $689,539.77, de los cuales $72,528.06 se invirtieron en servicios jurídicos, $375,000 en servicios de contabilidad y auditoría, $28,589.10 en capacitación y $213,422.61 en estudios e investigaciones diversas. El gasto en seguros de personas ascendió a $610,100.90 y el de seguros a bienes ascendió a $187,440.80.

Al final del año 2017, a la Asamblea Legislativa le quedó un sobrante de $3,617,090.63, de acuerdo al estado de ejecución presupuestaria de egresos del 1 de enero al 31 de diciembre de 2017.