La viceministra para los salvadoreños en el exterior, Liduvina Magarín, informó ayer a diputados de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Legislativa que han seguido en diálogo con el gobierno de los Estados Unidos para pedirles información completa sobre los niños que se encuentran separados de sus familiares en la frontera sur del país norteamericano.

Magarín sostuvo que las autoridades de los Estados Unidos les dieron el dato oficial y “grueso” de 180 niños salvadoreños separados, pero sin información de su destino.

“Lo dieron ayer tarde en grueso, verdad, no desglosado, entonces, seguimos el diálogo con el gobierno de los Estados Unidos pidiéndole el desglose, adónde lo tiene, adónde están estos niños, verdad, o estas niñas, así en concreto”, dijo en una reunión que sostuvo este jueves con los legisladores.

Los consulados salvadoreños habían contado 93 niños. Según la funcionaria, ese dato lo sacaron “a pie”, “tratando de llegar hasta donde sospechamos que hay un niño”, aseguró.

Una segunda demanda del gobierno salvadoreño a los Estados Unidos es “que los niños que están separados sean reunificados con su familia” con un debido proceso.

La viceministra se reunió con diputados ayer. / Óscar Machón


El Ministerio de Relaciones espera que en las próximas horas el gobierno de EE.UU. les informe cómo se realizará el proceso de reunificación y piden que a los niños no se les procese por aparte.

“Que al momento de definir el familiar que lo llevaba, ya sea papá, mamá o un familiar, se resuelva el caso del niño o la niña y que regrese junto con el familiar o en todo caso que ambos padres decidan si el niño o la niña se va quedar con algún familiar en los Estados Unidos, pero nosotros necesitamos verificar eso”, dijo.

Más de dos mil niños, entre los cuales hay 180 salvadoreños, están en centros de detención sin sus familiares.

El gobierno prevé un serio impacto psicológico y emocional en estos niños.

La viceministra afirmó que Estados Unidos está deportando a los adultos detenidos, sin sus hijos, tomando como base la primera deportación de un salvadoreño, que tenía pasaporte, sin su hijo de siete años que quedó pendiente de enfrentar un proceso judicial, en un albergue de la frontera sur de los Estados Unidos.