La Fiscalía General de la República (FGR) investigó y judicializó cuatro casos de estafa que han provocado pérdidas de cientos de salvadoreños, quienes por falta de filtros de verificación y seguridad, cayeron en los planes de personas que buscaban dinero ilícito.
Según la unidad de patrimonio del Ministerio Público, tras el inicio del régimen de excepción son las estafas los delitos que han incrementado, principalmente en las redes sociales de Facebook, WhatsApp e Instagram.
Tanto la Fiscalía como la Policía indagan estos casos con rastreos digitales y auxilios de las empresas. "Los agentes están inscritos en plataforma de redes sociales y pueden hacer requerimientos de cuentas, por ciertos delitos, pueden solicitar allanamientos de cuentas a través de una orden judicial”.
Por esta vía, los estafadores son ubicados en uno o dos días, explica una fiscal, y son localizados por los correos electrónicos que utilizan y la dirección IP.
La Fiscalía insta a las personas que han sido víctimas de estafas a denunciar en cualquiera de sus oficinas en todo el país, para esto solo deben llegar, sin necesidad de acompañarse por un abogado.
Ranchos de playa.
Por este tipo de estafas, la Fiscalía ya giró 16 órdenes de captura. En estos casos, los victimarios se han aprovechado de un elemento importante: la búsqueda de entretenimiento o distracción de las personas después del encierro por la pandemia del covid-19.
Les ofertan un rancho en la playa a través de las redes sociales, dan un número de teléfono para contactarse con el estafador y al haber trato, les dan un número de cuenta para que depositen el supuesto dinero de la reserva del rancho. Hasta aquí la estafa ya está consumada y sólo falta que la víctima se entere. Cuando las víctimas piden las direcciones o la ubicación satelital de los lugares, estos no responden. O si se las dan, los ranchos no existen.
Maletas.
En este tipo de coartada, los farsantes hacen una "ingeniería en redes sociales” de las víctimas y envían un mensaje a través de redes sociales como Messenger o WhatsApp. "Se hacen pasar por un familiar en el exterior” e inventan que envían una maleta con objetos valiosos y suntuosos para ellos, pero que está retenida en el aeropuerto.
La solución es que ellos paguen cierta cantidad de dinero en una cuenta y luego vayan a la terminal aérea a recogerla. Cuando las víctimas llegan al aeropuerto, se enteran de la mentira.
En este tipo de estafas, los fiscales de la unidad de patrimonio reprochan que a los salvadoreños, lejos de darles desconfianza que les escriban por redes sociales o de un número desconocido, ocurre al contrario y confían más.
"Si es un familiar, es lógico que uno tenga el número de teléfono y les llame y pregunte si es cierto que mandan algo”, señala la fiscal.
Let’s go vacation.
La unidad de patrimonio de la Fiscalía también procesó otro caso de estafa, donde ofertaban paquetes vacacionales fuera del país. Era una estrategia de estafa piramidal, de forma que a unas víctimas les cumplían y a otros no. En apariencia nada era falso, tenían oficinas en Plaza Futura donde "los clientes” llegaban a firmar los contratos de los paquetes de viaje.
Al llegar la pandemia, muchas personas que tenían paquetes pendientes de cobrar los olvidaron y al reanudar las actividades económicas del país e intentar cobrar sus contratos, encontraron que la oficina no existía.
"Hubo una persona que salió seis veces con ellos, pero al final no le cumplió el monto total”, añade la fiscal. La empresa denominada Let’s go vacation era promovida por dos personas, un extranjero y un salvadoreño, este último está detenido.
Inversión en negocios.
En julio pasado, la Fiscalía también ordenó la captura de Ana Yudy Gómez Díaz, tras haber estafado al menos a 40 personas por casi medio millón de dólares. "Lo que hace es ubicar a personas de confianza o contacta conocidos en Facebook, y les pide dinero a efecto que puedan invertir, pero todo aprovechándose de la buena fe de las personas, hacen algún tipo de documento en el cual garantiza, pero al final la persona solo capta los fondos y no reintegra lo que debe de ser a las víctimas”, explicó la fiscal.
Gómez Díaz prometía entregar ganancias del 15, 25 y hasta el 30 % de interés mensual y para aparentar un buen negocio, entregaba una o dos cuotas "eso le hace ver o creer a la víctima que el negocio es viable y es bueno para ellas”.
Al final la acusada ya no entregaba más dinero y las víctimas se enteraban de que se trataba de una estafa. Hubo personas que invirtieron $5,000 o incluso sus pensiones.
Recomendaciones de la Fiscalía para no ser estafados
• Cerciorarse de la existencia de los ranchos de playa antes de hacer tratos.
• Identifique el acento de la persona que les llama.
• No dejarse convencer por ofertas jugosas en redes sociales.
• Busque empresas serias para hacer contratos, que tengan respaldo y seguridad de que su dinero estará en un lugar seguro. En caso de las rentas de ranchos, usar aplicaciones como Airbnb.
• Limite las publicaciones que hace en redes sociales debido a que los estafadores aprovechan qué tipo de fotos hace públicas para estudiar su perfil como ¿qué lugares visita? ¿viaja? ¿qué tipo de consumo tiene? Verifican todos los gustos de sus víctimas.
• Hay que dejar de ser un objetivo fácil en redes y tener cuidado con la privacidad en las redes sociales. "No todo lo que ofertan en redes sociales es lícito”.