El balón por fin echó a rodar: la Bundesliga alemana se convirtió este sábado en la primera gran liga europea en reanudarse con cinco partidos en juego, una situación observada por todo el mundo, pero con un silencio perturbador, el de las gradas vacías.
A la hora prevista, las 13H30 GMT, el sonido de los silbatos se hizo más perceptible que nunca en Augsburgo, Düsseldorf, Hoffenheim, Leipzig y Dortmund, poniendo la piel de gallina a todos los amantes del fútbol, que llevaban esperando más de dos meses a ver un partido cuando la mayoría de torneos quedaron suspendidos a mediados de marzo por la pandemia del nuevo coronavirus.
Primeros pases, primeras consignas de los entrenadores y primer choque en el Dortmund-Schalke, el tradicional Derbi del Ruhr: el fútbol está de vuelta, aunque es imposible entusiasmarse completamente, ya que la crisis sanitaria está visible en todos los sitios.
Los jugadores del Schalke entraron en el Signal Iduna Park con mascarillas, el 'muro amarillo', la famosa tribuna del antiguo Westfalenstadion, está completamente vacía, sin la presencia de los miles de hinchas que dan ese color tan especial a los partidos del Dortmund e, incluso, los banquillos de suplentes están sólo ocupados uno de cada dos.
Esto es lo que espera este fin de semana a las estrellas de la Bundesliga, el líder Bayern jugará el domingo en la 26ª jornada del campeonato, una extraña situación que se prolongará durante meses.