Es una opinión y admite voces disidentes. Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. Quizás ni siquiera necesitaba ganar su segundo Roland Garros para ser elevado a esa categoría. Bastaba con esa resonante victoria del 2022 en la arcilla parisina del Philippe Chatrier. Pero si alguno pensaba que era casualidad, en 2024 lo volvió a hacer, de forma más contundente, y con un compañero diferente. Aquella vez fue el neerlandés Jean Julian Rojer, ahora el croata Mate Pavic.

Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. Repasemos los libros de historia del deporte salvadoreño -que por cierto son pocos- y encontraremos algunos éxitos importantes, tanto a nivel como colectivo, pero no de esta magnitud. ¿Títulos mundiales? Desde mi llegada al país, he sido testigo de tres. La corona mundial del Famoso Hernández en boxeo, en Las Vegas (2003); la obtención de la Copa del Mundo de tiro con arco de Jorge Jiménez en Dubai (2007), la cual cubrí como periodista; y el título mundial del fisiculturismo de Yuri Rodríguez en Santa Susana, España (2021). Ojo, tres epopeyas, tres hitos que nunca deben omitirse a la hora de las grandes hazañas deportivas.

Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. ¿Por qué lo creo? Porque para dimensionar el éxito de un deportista hay que tener en cuenta también el impacto y el alcance que genera. Sí, aunque parezca odioso y selectivo, no es el mismo ser campeón del mundo en el fútbol que lograrlo en water polo. ¿O todos sabemos quién es el campeón mundial en water polo? Yo sí, pero porque lo acabo de googlear: es Croacia, que este año superó a Italia en la final de Doha. Es cierto, tampoco es lo mismo ser campeón de tenis en singles como en dobles. Eso queda reflejado tanto en la popularidad como en el monto de los premios: Alcaraz se llevó $2.6 millones y Chelo $316mil.

Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. La final de dobles de Roland Garros 2024, al igual que la de hace dos años, se vio en televisión en toda Latinoamérica por la cadena ESPN, en Europa por Eurosport y en el resto del mundo por diferentes plataformas y canales. Probablemente allí muchos de los televidentes descubrieron que en un pequeño país de Centroamérica existe un gran campeón.

Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. Simplemente, porque los otros éxitos, además de los títulos mundiales ya mencionados, son a nivel panamericano, como los oros de Cristina López, Yuri Rodríguez, Paulina Zamora, Roberto Hernández (x2) y Douglas Nolasco. También hay que mencionar al nadador salvadoreño Marcelo Acosta, que consiguió una plata en Juegos Olímpicos Juveniles (2014). Todos merecen un reconocimiento, pero obtener dos campeonatos de Grand Slam ubican al tenista de Sonsonate en lo más alto de un podium imaginario.

Mirada al cielo, brazos abiertos... Ortra vez campeón en París.
Mirada al cielo, brazos abiertos... Ortra vez campeón en París.



Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. ¿Más que el Mágico González? Sí, más que Jorge. Claro, todo es materia opinable. Alguien podrá argumentar que al llegar a España le seguirán preguntando por el Mágico y no por Chelo. Puede ser. De hecho, Jorge González se ganó el mote de “mejor jugador de la historia del fútbol salvadoreño” sin necesidad de ser el que más títulos tuvo ni el que más goles hizo. Su calidad estaba por encima de todo. Pero en el caso de Arévalo fue un paso más allá: llevó su deporte a otro nivel, incluso provocando que gente que nunca vio tenis se siente por dos horas ante una pantalla a ver un partido sin entender muy bien por qué en el conteo después del 15 y el 30 va el 40 y no el 45.

Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. Porque los dos Grand Slam que han conseguido no son casualidad. En total, desde que comenzó su carrera ha logrado 33 títulos. Además de los dos Roland Garros, tiene un Master 1000, nueve ATP 250 y 21 torneos ganados en nivel Challenger, incluyendo tres cuando también jugaba en singles. Cifras que hablan por sí mismas y que son respaldadas por las ganancias oficiales en dinero: casi tres millones de dólares.

Marcelo Arévalo es, por lejos, el mejor deportista de la historia de El Salvador. Para que alguien lo supere deberá ganar un Grand Slam, pero en singles. O más de dos en dobles, aunque lo más probable es que a sus 33 años sea él quien siga ganando más torneos, sobre todo porque compite en una modalidad donde es habitual ver tenistas de 40 años o más en el máximo nivel. Para superarlo, alguno debería ganar una medalla en los Juegos Olímpicos. E irónicamente el que podría estar más cerca de lograrlo es el mismo Chelo, pero el no tener una pareja salvadoreña también en la élite hace que ni siquiera pueda participar.