En febrero pasado, los salvadoreños pagaron más por la compra de los combustibles, la uva y el aguacate, de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), publicado por el Banco Central de Reserva (BCR).

El IPC es la base para calcular la inflación, el indicador más cercano sobre el costo de la vida de los salvadoreños, que se mide cada mes a partir de una canasta de bienes y servicios de mayor demanda.

El último informe detalla que las variaciones positivas más significativas se registraron en la gasolina especial de un 0.04 %, seguido del aguacate de un 0.02 %. También subió la gasolina regular en 0.02 %, la uva en 0.01 % y el diésel en 0.01 %.

Las variaciones negativas más notorias se registraron en viajes por aire en 0.03 %, la papa en 0.03 % y los huevos de gallina en 0.03 %, mientras que la cebolla se redujo en 0.02 % y el queso duro en 0.02 %.

Los incrementos en los combustibles tienen relación con la fluctuación del petróleo en el mercado internacional. En El Salvador, los precios se fijan a partir de la cotización del West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos, además del costo de importación, los impuestos y los fletes.

En febrero, el WTI osciló de $68.6 y $72.51. En la primera quincena, la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas (DGEHM) anunció un incremento en los combustibles de entre $0.05 y $0.07, mientras que para la segunda solo subió $0.01 el galón de la regular frente al diésel que bajó $0.02.


Restaurantes mantiene la inflación más alta

La canasta de productos y servicios del IPC se estructura en 12 divisiones. A partir de estos precios se calcula la inflación, que en febrero pasado fue de 0.06 % interanual.

Sin embargo, la división de restaurantes y hoteles se mantiene, una vez más, con la tasa inflacionaria más alta de la economía salvadoreña, de 3.74 % en febrero, 62 veces más que la inflación general.

La segunda tasa más alta la tiene la división de salud, de 2.24 %. Esto se debe a mayores costos en los servicios para pacientes externos (4.66 %) y para productos, artefactos y equipos médicos (1.50 %, mientras que servicios hospitalarios no mostraron variación.

La división de alimentos, en cambio, se mantuvo en deflación (caída de precios), en -0.55 %. Esto se explica por menores costos en alimentos, con una tasa de -0.98 %, mientras que bebidas alcohólicas tiene una inflación de 3.32 %.

El gobierno atribuye la reducción en los alimentos a los agromercados y la central de abastos en Soyapango, aunque los economistas explican que a nivel internacional hubo una reducción en las materias primas que incide en los precios locales.