Tradicionalmente, la caficultura ha sido un sector dominado por los hombres en El Salvador, un denominador común en el resto de los países cafetaleros. La representación femenina quedó relegada a los trabajos de campo, sobre todo en la corta, pero con la promoción de la equidad de género ha emergido de los roles tradicionales a puestos como catadores o jefes de unidades de producción.
De acuerdo con el ISC, en El Salvador hay en registro 19,890 caficultores activos, de los cuales 12,021 son hombres con una participación del 60 %, mientras que las mujeres suman 7,078 (36 %) y las personalidades jurídicas son 791 (4 %).
La cordillera Apaneca-Ilamatepec tiene la mayor participación femenina, donde se encuentran 2,781 propietarias, un 39.2 % del total. Luego, El Bálsamo-Quezaltepeque tiene 2,021 mujeres al frente de las fincas (28.5 %), mientras que en Tecapa-Chinameca son 834 (11.7 %).
En Chinchotepec hay 601 mujeres propietarias de fincas, en Cachuatique son 417 y Alotepec-Metapán tiene 424.
Además, el 83 % de las mujeres son propietarias de pequeñas fincas, que no superan las cinco manzanas. Solo el 0.56 % corresponde a cafetales que superan las 100 manzanas.
El parque cafetalero está conformado por 167,476 manzanas, de las cuales 52 % se encuentran en la cordillera Alotepec-Metapán y es, por consiguiente, la región de mayor producción con una participación de un 52 %.
Luego, la cordillera de El Bálsamo-Quezaltepeque reúne el 24 % del parque cafetalero, donde se obtiene el 24 % de la cosecha del aromático, mientras que el restante 24 % se obtiene del resto de las regiones cafetaleras.