El cultivo de cacao en El Salvador fue uno de los salvavidas para los caficultores que se enfrentaban hace apenas dos años a una crisis de precios internacionales, que obligó a varios productores a quemar sus fincas para dar paso a cultivos de granos básicos.

“Cuando cayó el precio del café, pensamos que la finca se podría siempre mantener, pero diversificada”, señaló Juan José Arévalo, propietario de las fincas Las Margaritas y Santa Gertrudis en Comasagua, La Libertad.

El sector caficultor se enfrentó a una crisis en 2017 cuando los precios del café comenzaron a caer a niveles que no cubrían ni los costos de producción. Sujetos a las fluctuaciones del mercado, los productores cayeron en mora bancaria y comenzaron a reducir los trabajos en las fincas.

Arévalo, que se considera un “caficultor puro”, destinó hace seis años 18 manzanas de cultivos para cacao a una altura de 1,500 metros sobre el nivel del mar. “Decían que no se podía”, recordó el productor que ahora cubre toda la cadena desde la siembra, corte, procesamiento y preparación de manteca, licor y bombones de chocolate elaborados en el laboratorio “Mesa Dulce”.

El cacao es un cultivo ancestral de El Salvador, pero las plantaciones se redujeron mientras que cultivos cañeros o de granos básicos se abrían paso. En 2014, se estimaba que había unas 800 manzanas cultivadas, pero de baja intensidad, señaló Jairo Andrade, de Alianza Cacao El Salvador.

Pero ahora se estima que hay entre 4,000 y 5,000 manzanas de plantaciones jóvenes que se establecieron durante la primera fase del programa Alianza Cacao, lanzado para un ciclo de 2014 a 2019 con el apoyo de USAID, la Fundación Howard G. Buffett, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), USAID y Catholic Relief Services (CRS).

En el último año de corta de cacao se obtuvieron 500 toneladas métricas, el doble si se compara con la producción antes del programa cuando rondaba las 150 toneladas.

Pero las plantas son jóvenes y “esperamos que se lleguen a las 1,500 y 2,000 toneladas para 2024”, una producción suficiente para cubrir la cuota de importación de cacao a El Salvador.

Bombones de chocolate de La Mesa Dulce, elaborados en Comasagua. / Cortesía
Bombones de chocolate de La Mesa Dulce, elaborados en Comasagua. / Cortesía

Un cultivo de paciencia.

Para que una planta de cacao dé sus primeros frutos pasan más de cinco años. “Es difícil porque cuando la planta es pequeña, no hay producción, la gente como que se desespera”, aseguró Adelia Ascencio, también caficultora en Usulután.

Sin dejar los cultivos de café, Ascencio comenzó en 2017 a sembrar cacao en su finca de tres manzanas en Jucuapa como miembro de la Cooperativa Acropos, que reúne a una treintena de productores.

Andrade, de la Alianza, confirmó que esto fue uno de los principales retos para la primera fase del programa porque “había mucha expectativa de los productores”, pero al ver que los cultivos se demoraban en desarrollarse se descuidaron porque no podían darle mantenimiento.

¿Mejor precio?

Si bien el café sigue siendo el grano de oro de El Salvador, Arévalo reconoció que una libra de cacao puede dejar más rentabilidad si el productor se encarga de todas las etapas, pero, si solo entrega la semilla, lo máximo que puede lograr a recibir es el 6 %.

“Vender una barra de chocolate fino es más rentable que el café”, sumó el productor que también tiene 30 manzanas de cafetal, 10 manzanas de cultivos de plátano, 30 cajas de miel de abeja y crianza de tilapias.

El director de la Alianza señaló que la segunda fase del programa, que solo cuenta con el financiamiento de la Fundación Howard G. Buffett hasta 2024, se centra en fortalecer la transformación del cacao. “En análisis lógico es ¿por qué estamos importando si podemos producir? El negocio está aquí”, dijo.

Arévalo está en negociaciones para enviar su cacao a compradores en Francia, a donde ya exporta su café, mientras que ofrece sus productos en una tienda en Ataco y un restaurante camino a Planes de Renderos.

Por su lado, Ascencio explicó que incluso una de sus hijas se encarga de sacar tablilla de chocolate y otro de sus hijos elabora productos de belleza con base gano.

Si un chocolate tiene menos del 50 % de cacao es una golosina. / Cortesía
Si un chocolate tiene menos del 50 % de cacao es una golosina. / Cortesía