Los efectos de un cóctel de crisis se hicieron sentir en la dinámica económica salvadoreña en 2022, que cerró con un crecimiento de 2.6 %, confirmó este martes el Banco Central de Reserva (BCR).
Douglas Rodríguez, presidente de la institución, defendió que la tasa de crecimiento de 2022 es la segunda más alta del promedio histórico de El Salvador de las últimas décadas, pero se quedó lejos del 11.2 % registrado en 2021 (la primera más alta) después de la abrupta contracción (de 7.9 %) de 2020 por la pandemia del covid-19.
Inicialmente el BCR previó un crecimiento de 4 % del Producto Interno Bruto (PIB), pero aplicó sucesivas rebajas a la proyección a lo largo del año. La institución confirmó que la economía viene en una tendencia de desaceleración, ya que solo en el cuarto trimestre de 2022 la tasa de variación fue de 1.3%.
En el primer trimestre de 2022, la economía creció 4.1 %, para el segundo bajó a 2.9 % y en el tercero quedó en 2.2 %.
"El 2022 fue un año típico, en el mundo, sucedieron muchos shocks que impactaron a todas las economías", dijo en conferencia de prensa. "El 71 % de los países tuvieron que reducir su proyección de crecimiento económico, el año pasado", insistió Rodríguez.
La crisis pesa en la economía.
La economía salvadoreña, al igual que el resto de la región, se enfrentó a una desaceleración en 2022 por los efectos de la inflación, el rompimiento de las cadenas logísticas, la invasión rusa en Ucrania y el endurecimiento de las políticas monetarias de los grandes bancos centrales, en particular de la Reserva Federal de Estados Unidos.Este "cóctel" de crisis pesó más en la dinámica que factores internos que jugaron "a favor" de la economía, como el mejoramiento de las condiciones de seguridad y la inversión privada, que el año pasado acumuló más de $5,900 millones.
Rodríguez dijo que hubo ciertos colchones que amortiguaron las crisis, como las medidas contra la inflación que incluyó paquetes de subsidios, y el régimen de excepción. Los motores de la economía fueron principalmente la actividad turística, que al cierre del año dejó ingresos superiores a $2,600 millones, además de los proyectos de infraestructura pública, las remesas y el comercio exterior.
El Banco Central reporta crecimiento en 17 de las 19 actividades que componen el PIB, la de mayor crecimiento fue electricidad con un 14.4 %, seguido de servicios profesionales en 9.4 % y construcción en 8.3 %.
En tanto, las bajas se observaron en las actividades inmobiliarias con una baja de 0.2 %, industria en 0.5 %, y minas y canteras en 13.9 %.
Proyección para 2023.
Los escenarios no son alentadores para este año, que para algunos economistas será “peor” que los previos por la crisis bancaria en Estados Unidos que se suma al cóctel de crisis.El BCR insiste en que el crecimiento económico se mantendrá en el rango de 2 % y 3 %, considerando los factores “adversos en el entorno internacional”.
Para este año, según su pronóstico, la actividad económica estará anclada a la promoción del turismo, el desarrollo de proyectos de inversión pública y la inversión privada.
