El vocero de la Mesa, Adalberto Blanco, recordó que las pérdidas que se han registrado durante el ciclo agrícola 2024-2025 van a pasar factura el próximo año, ya que esta es necesaria para alimentar a la población.
La institución estima que un 25 % de la cosecha de los frijoles se perdió durante la primera siembra, ejecutada entre mayo y junio de cada año, mientras que durante la postrera -correspondiente al lapso de agosto a septiembre- se perdió un 90 % de estos cultivos.
Blanco recordó que durante la postrera es cuando se siembra un 75 % de los quintales de frijoles que se cosecha cada ciclo en El Salvador.
Al igual que la Mesa, la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) confirmó en noviembre que el déficit de granos básicos para el próximo año rondará los 9.2 millones de quintales.
El déficit habría crecido en los últimos meses del año, luego de que la tormenta tropical Sara provocó la pérdida de 1.88 millones de quintales de maíz y frijoles. De esta forma, la gremial pasó de proyectar cosechar 17.6 millones de quintales al cierre del ciclo 2024-2025, a más de 15.73 millones de quintales.
La Mesa por la Soberanía Alimentaria teme que la escasez de producción nacional impactará tanto a la zona rural como a la urbana.
“Menos ingreso para la población rural, más crisis para la población rural, y menos acceso para la población urbana para los alimentos saludables naturales y accesibles en cuanto a precios”, añadió Blanco.
¿Qué ocurrirá?
La organización señala que a falta de producción local se proyecta que las importaciones de alimentos incrementen.Si bien las importaciones y la cosecha local sacian cada año la demanda de granos básicos en El Salvador, que ronda en total 25 millones de quintales, las primeras generan desventaja de precios al competir con los productores locales.
Los datos del Banco Central de Reserva (BCR) confirman que buena parte de los frijoles que son importados por El Salvador provienen de proveedores ubicados en Estados Unidos, Nicaragua y Etiopía.
El impacto del incremento de las importaciones, que pueden tener mejor precio que lo nacional, se sumaría a las pérdidas que todos los años el cambio climático provoca en El Salvador.
La Mesa señala que el gobierno no genera las condiciones para disminuir la vulnerabilidad a los cambios climáticos en El Salvador, una situación que perjudica cada año la cosecha de granos básicos y hortalizas.
Silverio Morales, parte de la mesa por la Soberanía Alimentaria, señaló que una porción de la reducción está ligada también a la falta de oportunidades de obtener semillas que sean adaptables a diferentes cambios de climas.
“Habrá una disminución de producción o comida para el próximo año 2025, siendo así que puede que se mantenga la canasta alimentaria así como está de cara o sea más”, añadió Morales.
El agricultor externó que la situación para los productores locales será incluso “peor” que la que se tuvo en este año.
La organización aseguró que el quintal de frijoles se vende a $150, un precio que no descartan siga subiendo en los próximos meses.