Hugo Melgar muestra dos racimos de plátanos cultivados en San Pedro Masahuat. / G.A.


Un grupo de productores representados en cooperativas en San Pedro Masahuat, en La Paz, se especializa en el cultivo de plátano cuerno enano in vitro. Todos tienen la misma aspiración: pasar de comercializar en los mercados municipales a colocar el producto en los estantes de las grandes cadenas de supermercados.

Los productores son parte del proyecto de Fortalecimiento a las cooperativas del sector reformado que impulsa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desde 2019. La agencia de la ONU trabaja con 20 cooperativas, de las cuales dos están aprendiendo a cultivar y reproducir bananos in vitro en el cantón Achiotal, en San Pedro Masahuat.

Una planta in vitro es producida en un ambiente artificial para modificar su genética y que sea más resistente al cambio climático y enfermedades. El proyecto de la FAO trabaja con este tipo de cultivos con la Asociación Agropecuaria de Loroqueros y la Cooperativa Mar y Fe, esta última especializada en la pesca artesanal.

María Quillón, productora, aseguró que las mujeres son la clave para salir de la inseguridad alimentaria. / G.A.


Cecilia Velasco, coordinadora del proyecto, explicó que la FAO comenzó a trabajar con el proyecto desde 2019 y fue hasta febrero de 2020 que iniciaron los trabajos de campo.

En ese período se comenzaron a implementar las medidas para frenar el avance de la pandemia del covid-19, sin embargo, aseguró, no se detuvieron durante el confinamiento y los productores comienzan a tener fruto de las primeras cosechas.

La FAO trabaja con 400 productores representados en las 20 cooperativas, de los cuales 50 % son hombres y 50 % son mujeres porque “buscamos la paridad” para el 2030 para que todos los proyectos de la agencia tengan igual representación.







La agencia de Naciones Unidas trabaja con cooperativas pesqueras, cultivo de lorocos, o que se dedican a la reproducción de gallinas. La población beneficiada es de 400 salvadoreños, 200 mujeres y 200 hombres.

Con esta planta no hemos dado cuenta que también podemos las mujeres desarrollar el mismo trabajo que el hombre hace”, señaló Yamileth López, productora de la Asociación de Loroqueros.

Cultivos de plátano in vitro en San Pedro Masahuat de la Asociación de Loroqueros. / G.A.

Se impusieron a la pandemia.


“Con esta pandemia nos hemos dado cuenta que somos indispensable para la sostenibilidad del alimento de todas las familias salvadoreñas”, aseguró Ovidio Nieto, también de la Asociación de Loroqueros. El productor señaló que, aunque han tenido resultados alentadores en el cultivo de plátanos in vitro, no descartan abandonar las siembras de loroco porque “son nuestro cochinito para mantener a nuestras familias”

María del Tránsito Quillón, de la Cooperativa Mar y Fe, junto a su pareja se dedican a la pesca y “por primera vez estamos cultivando”. José González, de la misma asociación, explicó que utilizaron solo insumos agrícolas orgánicos para el crecimiento de la planta e instalaron un sistema de riego con tuberías para mantener la humedad del suelo compuesto por tierra y arena.

Cada cooperativa comenzó con 1,500 plantas y ahora expanden las zonas de producción. / G.A.


Debido a que las plantas in vitro son más resistentes a plagas, el costo de mantenimiento de los cultivos se reduce en hasta un 50 %, aseguró Luis López, de la Asociación de Loroqueros, quien afirmó que “nos gustaría llegar más alto para comercializar nuestro producto directamente con los compradores, no por intermediarios”.