Una de cada 10 familias salvadoreñas aún utiliza leña para preparar sus alimentos o calentar su hogar, sobre todo en las zonas remotas y rurales del país, revela la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2021.

La encuesta, la última elaborada por la disuelta Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), destaca que el uso doméstico del gas licuado del petróleo (GLP) es la principal fuente de energía de las familias salvadoreñas para cocinar. Más de 1.71 millones de hogares utilizan este derivado del crudo, con una representación del 88.7 %.

Mientras tanto, el 7.1 % de los salvadoreños aún utiliza leña para cocinar a pesar de la liberación de partículas contaminantes que pueden generar problemas respiratorios, es decir, unos 137,447 hogares a nivel nacional. El 4.2 % restante prepara sus alimentos con electricidad u otro método de cocción.

Citando a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Digestyc reconoce que la leña, el carbón vegetal y otros combustibles sólidos (residuos agrícolas y cartón) se queman en fogones abiertos o estufas de mal funcionamiento en los hogares pobres de los países en desarrollo, como El Salvador. Esto genera una combustión incompleta que representa un peligro grande para la salud humana y el ambiente.

Mientras que en la región urbana solo el 2.2 % usa este método, en la urbana el 15.2 % de las familias –casi dos de cada 10- recurren a la leña para preparar sus alimentos. Es común ver a los salvadoreños recogiendo ramas o comprando leña en las zonas más pobres del país, incluso algunas encienden fuego con gas para facilitar el proceso.

Sin embargo, la cifra de familias que usan leña viene en disminución, según los datos oficiales, pues en 2019 se registraron 149,995 hogares, una cifra que para el año pasado disminuyó en 12,548 o más de 29,000 desde 2018. Con excepción del 2021, ya que cerca de 2,725 hogares adicionales tuvieron que recurrir a este método para cocinar durante ese período.

La diferencia en el gasto promedio mensual en la compra de gas o leña no es significativa. La EHPM revela que en 2021 las familias destinaron $8.51 para la compra de un cilindro de GLP, mientras que el gasto de leña es $8.78.

Parte del costo del gas licuado es cubierto por un subsidio que otorga el Ministerio de Economía (Minec) a un poco más de un millón de familias, de lo contrario el precio sube a cerca de $15.

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Energía para iluminar el hogar.

La cobertura universal del servicio de energía eléctrica es uno de los principales indicadores globales sobre el bienestar de las familias y uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda de Naciones Unidas para 2030.

En El Salvador, el 97.9 % de los hogares cuenta con acceso al servicio de alumbrado eléctrico, que incluye electricidad y conexión del vecino.

El resto se reparte entre un 0.9 % de las familias que aún utilizan candela para iluminar su vivienda, 0.3 % tiene panel solar y 0.1 % usa gas kerosene –usado para candiles-.

Nuevamente, la zona rural tiene más desventaja en el acceso a este servicio con una cobertura del 95.6 % mientras que en la urbana es del 99.2 %. El 1.7 % de los hogares que viven en zonas pobres o remotas utiliza candela y 0.8 % kerosene.