La ola de infecciones de covid-19 en las últimas dos semanas es un recordatorio constante de que la pandemia anda circulando todavía por nuestras calles y puntos de encuentro, como un fantasma que nos golpea de vez en cuando.

Han pasado casi tres años de pandemia y ciertamente hemos superado ya los temores y el pánico inicial que trajeron consigo todas las dudas y el desconocimiento de una enfermedad nueva, pero hoy ya sabemos cómo prevenirlo y el error de la población es que sabiéndolo, no toma las medidas que hay que tomar, como se dice popularmente, la gente se confía y ya tenemos el resultado.

Afortunadamente el escenario es diferente debido a los elevados niveles de vacunación en El Salvador. Y es importante que aquellos ciudadanos que aún no se han vacunado o no tienen los refuerzos requeridos, lo hagan, no solo por su salud sino por la sanidad de toda la colectividad.

La otra razón porque el escenario es diferente es porque las variantes que nos afectan aunque son más contagiosas, son menos letales y eso evita la enorme cantidad de hospitalizaciones y fallecimientos. En octubre, por ejemplo, solo hubo una persona fallecida por covid-19 en todo el país. Mientras que en noviembre solo ha ocurrido una fatalidad, una señora de 80 años.

Pese a estos hechos positivos, es importante ante un rebrote de la enfermedad, retomar todas las prevenciones, usar mascarilla en espacios cerrados, evitar aglomeraciones porque son claros focos de contagio y, ante cualquier sintomatología, buscar asistencia médica, hacerse un test y aislarse para evitar ser foco de contagio. Ya estamos saliendo de la pandemia, hay que seguir adelante sorteando sus sorpresas.