Ecuador entró ayer formalmente en un conflicto armado interno luego que el presidente Daniel Noboa, lo declarara como medida para enfrentar a bandas del narco y neutralizar a las organizaciones criminales que han impuesto una nueva ola de terror desde hace dos días y el martes llegaron al extremo de tomarse una televisora de Guayaquil durante un programa en vivo, secuestrando a periodistas y camarógrafos.

Las autoridades se enfrentaban a tiros con bandas armadas y lograron desactivar varios coche bombas con los que pretendían sembrar mayor terror en el país sudamericano que hasta hace unos años era un modelo de nación pacífica pese a estar rodeados de países donde el narcotráfico y el terrorismo operaban.

Las imágenes son claramente de un caos inédito y un despliegue armado de las autoridades que da una idea del nivel de sofisticación de la situación que vive Ecuador.

Desde hace dos días, Ecuador vive noches de terror ante una ola de violencia con policías secuestrados, la fuga de Adolfo Macías, alias “Fito”, un capo que cumplía una pena de 34 años por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato. Además, se han desatado una serie de ataques con explosivos que llevó al gobierno a ordenar el lunes el estado de excepción por 60 días.

Esperemos que las medidas que ha tomado el presidente Noboa logren derrotar a esa amenaza creciente que sufre su país y que ha provocado una ola de violencia sin precedentes. El terrorismo y el narcotráfico no son sujetos a negociación y deben ser combatidos con todo el peso de la ley.