Hace unos días se conocía la noticia que la empresa Fruit of the Loom, textil -con 28 años de experiencia en el mercado salvadoreño- anunciaba el cierre de una de sus plantas en el país con el consecuente recorte de entre 700 y 800 empleos. La Cámara de la Industria Textil y Confección de El Salvador (Camtex) explicaba que el cierre se debía a la baja en la demanda de los consumidores estadounidenses.

Y es que se suele decir que cuando a Estados Unidos le da gripe, a países como El Salvador nos da neumonía. Una analogía que ilustra las consecuencias que tiene sobre el país cualquier problema económico que sufra esa nación, principal socio comercial y destino principal de nuestras exportaciones.

El mercado estadounidense es el principal socio comprador de textiles y prendas de vestir de El Salvador, al punto que para abril del 2022 representó el 68.4 % de todos los productos de este rubro exportados.

El pasado viernes, la directora ejecutiva de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Leonor Selva, reforzaba esta problemática y advertía que la reducción de demanda en los Estados Unidos podría también reducir los productos exportados desde El Salvador. Selva explicaba que los consumidores norteamericanos no solo están disminuyendo la demanda de mercado, también poseen un exceso de almacenamiento de productos, una consecuencia directa de la crisis logística percibida en el mundo hace algunos meses.

De manera que hay que prepararse para esta situación que puede seguir generando el cierre de empresas, la pérdida de empleos y la reducción de exportaciones, sumando problemas a la crisis que ya enfrentamos tras la pandemia y la invasión rusa en Ucrania.