Si usted es de los que se quejan de que le dan menos tortillas por un dólar o encuentra que el pan francés está cada vez más pequeño, entonces la crisis mundial de alimentos ha llegado a su mesa también.

El incremento en el costo de los insumos, provocado en gran medida por la crisis mundial derivada de la invasión rusa a Ucrania, ya impacta desde las grandes panaderías hasta la más pequeña de las tortillerías del país.

En el caso del pan, resulta que tanto Rusia como Ucrania son de los mayores productores de trigo del mundo y eso provoca que los precios de la harina se hayan elevado sustancialmente. También esos países son de los mayores fabricantes de fertilizantes y abonos agrícolas que afectan la producción agrícola de maíz y de otros granos básicos y hortalizas.

Esos altos costos están obligando a las panaderías a despedir parte de su personal, según dicen sus dirigentes gremiales. Y se lo atribuyen al rpecio de la harina que llevó de pagar $21.50 a $24.50 por cada bolsa en un solo mes.

La Mesa Nacional de Panificadores de El Salvador calcula que esa misma crisis ha provocado que hasta inicios de este mes más de 100 panaderías hayan cerrado operaciones a nivel nacional. Los panificadores artesanales temen que el cierre de las panaderías y los despidos continúen.

A esto hay que sumarle que las importaciones de maíz en el primer semestre del 2022 aumentaron 50 %, mientras que el precio del grano siguió subiendo en el mercado local, según las cifras del Banco Central de Reserva. La crisis ya toca nuestra comida.