La Organización Meteorológica Mundial (OMM) decía ayer que las temperaturas promedio del planeta en el último trimestre -junio-julio-agosto- fueron las más elevadas desde que se tiene registro, y advirtieron que que 2023 será probablemente el año más caluroso de la historia.

Ciertamente hemos visto noticias sobre olas de calor en Estados Unidos, Europa y otras regiones del mundo. Nosotros mismos en El Salvador hemos sentido un nivel de calor que no habíamos percibido en décadas, además de las pocas lluvias que tuvimos durante esos meses, generando preocupación sobre nuestro agro y nuestro abastecimiento de agua.

La advertencia de la organización es un reflejo del cambio climático. El informe de la OMM advertía que hay mucho por qué preocuparse todavía: no hemos sentido aún los efectos del fenómeno de El Niño que este año y el próximo nos afecta y que es especialmente duro en las zonas tropicales como la nuestra.

Ya hace semanas que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres ha dicho que el planeta está “hirviendo” y ayer enfatizaba que “el colapso climático ha comenzado”.

“Nuestro clima está implosionando más rápido de lo que podemos hacer frente, con fenómenos meteorológicos extremos que afectan a todos los rincones del planeta”, afirmó.

¿Qué podemos hacer? Bueno, dejar de talar árboles y lanzar basura a nuestros ríos pueden ser medidas esenciales que podemos implementar las personas de a pie. Por lo demás, hay que prepararse física y mentalmente para enfrentar estos problemas climáticos que definitivamente van a seguirnos afectando en los próximos años.