El presidente de Campo, Luis Treminio, explicó que 1.1 millones de quintales corresponden a cultivos de maíz y 38,520 quintales a cultivos de frijol. Las pérdidas han afectado principalmente a los departamentos de La Paz y La Libertad durante la primera cosecha del año.
Por un lado, el fenómeno de El Niño provocó que buena parte de los cultivos se secaran o que la mazorca redujera su tamaño y, por el otro, las plagas también azotaron los cultivos, principalmente el gusano cogollero, el pulgón amarillo, la araña roja y las ligosas.
El riesgo con El Niño es que muchas veces después de periodos de sequía prolongada, vienen lluvias fuertes o incluso ciclones tropicales que nos afectan fuertemente. El Niño es un evento que se origina en el océano Pacífico y que determina el clima de todo el mundo y los ciclos de repetición y de afectación son cada vez más seguidos.
Durante los eventos de El Niño, la superficie del Pacífico se calienta, los vientos de la superficie se debilitan y las precipitaciones aumentan en la parte sur y este del océano. Todo esto provoca cambios en las presiones a nivel del mar, las temperaturas, las precipitaciones y los vientos no solo en los trópicos, sino en muchas otras regiones del mundo. Y todo ese marco teórico se vuelve realidad en las pérdidas que reportan nuestros agricultores.