Las mujeres iraníes tienen que vivir bajo estrictas normas de vestimenta. Las mujeres tienen que seguir las reglas del uso del velo que cubre el cabello, además les prohíben ropa demasiado corta o pantalones ajustados y también el uso excesivo de maquillaje. Los códigos también prohíben el uso de jeans rasgados, atuendos de colores brillantes y vestidos que expongan las rodillas.
En ocasiones los castigos por violar las reglas incluyen multas, prisión o flagelación, todo eso impuesto por “la policía de la moral”, una fuerza encargada de implementar las estrictas interpretaciones de la moralidad islámica. Esos policías deben detener a las personas -principalmente mujeres- que violan el código de vestimenta conservador para “promover la virtud y prevenir el vicio” debido a la creencia que las mujeres son las que incitan al hombre al pecado.
Las nuevas generaciones rechazan todas esas reglas y la muerte de Mahsa Amini ha provocado manifestaciones inéditas así como la confrontación con los sectores más conservadores. Hay que recordar que Irán era una sociedad bastante occidentalizada hasta que en 1979 los ayatolas llegaron al poder y convirtieron al país en una teocracia.
Mujeres iraníes que participan en las protestas se quitan sus velos en plena calle y los quemaron entre ovaciones de los manifestantes. Habrá que ver hasta dónde llega este levantamiento popular en una sociedad que ha acallado toda disidencia a golpes y represión.