El Salvador amaneció ayer con la noticia del fallecimiento del reconocido empresario y filántropo, Roberto Murray Meza, un gran patriota, un hombre visionario, carismático, generoso, inteligente, que siempre procuró el entendimiento y la armonía entre sus compatriotas.

El liderazgo de don Bobby, como se le conocía socialmente, siempre estuvo presente en la sociedad salvadoreña, especialmente en momentos de dificultad, donde él aportó su tiempo, su talento y su esfuerzo por colaborar, como lo vimos en comités de reconstrucción durante los terremotos de 1986 y 2001.

Su don de gente le permitía conversar y escuchar a todo aquel que se encontraba en su camino, le prestaba atención hasta al más humilde de sus interlocutores y también sabía aconsejar y decir la palabra indicada, incluso ante los personajes poderosos con los que le tocaba hablar.

Muchos en El Salvador quisieron verlo como candidato presidencial o como presidente de la República, pero don Bobby nunca cedió a esa tentación, su entrega al país estaba más allá de banderas políticas o carreras electorales. Era un hombre genuinamente preocupado por el rumbo del país, por lograr entendimientos básicos que permitieran pacificar el país, alcanzar la armonía, la prosperidad y el desarrollo al que todos aspiramos.

Su legado empresarial, social, político es digno de reconocimiento nacional. Estamos ante la partida de un gran líder nacional que tenía la visión y la filosofía que necesita El Salvador para salir adelante. Descanse en paz don Roberto Murray Meza.