Las consecuencias están a la vista. Las aguas
del Lago Suchitlán están ahogándose con una cantidad interminable de botellas plásticas de jugos, sodas, venenos o sandalias del mismo material. A las orillas también abunda la basura.
Las campañas de limpieza que se hicieron hace unas semanas ayudaron a sacar mucha de la basura del lugar, pero no fue suficiente porque el resto del lago sigue sucio. A finales de septiembre, CEL aseguró haber recogido 200 toneladas de residuos, de las aguas del Cerrón Grande y el ministro de Medio Ambiente, Fernando López, afirmó que el origen del problema era la ciudadanía y tiene razón.
Hay que dejarlo claro, la mayor responsabilidad de esta situación es de la gente que tira la basura en cualquier parte, cuando viene la lluvia, la arrastra por los tragantes que eventualmente llegan a quebradas y luego a ríos como el Acelhuate que luego conecta con el río Lempa y finalmente termina en el embalse.
Cada envase que se lanza tarde o temprano contaminará nuestros ríos y lagos. Pero además, eso trae consigo que los peces desaparezcan porque la acumulación del plástico reduce la oxigenación del agua y la población que vive de la pesca, se ve afectada. Luego también se afecta a los pájaros y a casi cada animal que vive en la zona. Toda la responsabilidad es de los que tiran basura. ¿Tomaremos conciencia de eso?