La basura es un inmenso problema para El Salvador. Se lanza por todos lados, calles, caminos, aceras, ríos, lagos, a nuestras costas. El resultado está a la vista y es la causa de múltiples problemas ambientales y últimamente provoca inundaciones especialmente en áreas urbanas cuando obstaculiza los tragantes.

Pero en los últimos días hemos visto un caso extremo. Un verdadero lago de basura -en su mayoría de plástico y sus derivados- se ha creado en la zona del embalse de Cerrón Grande, son imágenes dramáticas que reflejan la magnitud del problema y la falta de conciencia ambiental que tenemos.

Los habitantes de la zona están afectados por la contaminación que provocan otros, los que tiran los envases de plásticos a cualquier parte, los que desechan hasta electrodomésticos a los ríos y quebradas. Ahora esos habitantes sufren porque les afecta el consumo de agua y la pesca que alivia sus necesidades de alimentación.

No podemos seguir convirtiendo al país en un basurero a cielo abierto. Hace años hubo un esfuerzo significativo en ese sentido pero parece que a la gente se le olvidó y ahora tirar desechos en cualquier parte es una práctica demasiado común.

Más allá de la polémica de CEL y la alcaldía de Potonico en esta situación, este episodio debe ser despertar de la conciencia sobre las terribles consecuencias de lanzar basura por cualquier parte. Hoy es el Cerrón Grande, pero mañana puede ser cualquier otra zona del país, tierra o agua, que se convierta en un basurero y traiga consigo las inevitables consecuencias de eso. Hay que poner mano fuerte en eso, el país tiene que corregir eso y los ciudadanos especialmente.