Los periodistas holandeses habían sido arrestados unos días antes bajo el supuesto de que, dentro de uno de los bolsillos de un guerrillero asesinado en un enfrentamiento, se había encontrado un papel con el nombre, teléfono y lugar de hospedaje de Koster. Los comunicadores también eran parte de una “Lista Negra” de periodistas que había elaborado el Comité de Prensa de la Fuerza Armada (COPREFA).
Según la Comisión de la Verdad, los cuatro periodistas holandeses cayeron en una emboscada tendida por una patrulla del Batallón Atonal de la Fuerza Armada Salvadoreña, cuando se dirigían a territorio controlado por el FMLN, el informe señala que “que la emboscada fue preparada deliberadamente para sorprender y dar muerte a los periodistas y sus acompañantes”. El grupo de periodistas fue sorprendido por ráfagas de fusiles y ametralladoras que provenían de soldados del ejército, situados a 100 metros de ellos.
La Comisión de la Verdad da nombre de los autores materiales, intelectuales y de los encubridores del crimen. Precisamente algunos de ellos fueron detenidos el viernes con lo que el ciclo de impunidad de este emblemático asesinato parece ir terminando. Habrá que esperar que no solo se haga justicia sino también que se conozca la verdad para que no se repitan nunca más casos como este en nuestra historia.