La afluencia de votantes, el hecho de que desde los más jóvenes hasta los más adultos mayores, acudieran a las urnas es la muestra de que los salvadoreños siguen creyendo en la democracia y se asume votar como un deber, una responsabilidad ante el país.
Las misiones de observadores electorales internacionales elogiaban el comportamiento de la ciudadanía y aunque mencionaron algunos problemas iniciales en la votación, reconocían cómo la ciudadanía acudió en un ambiente de tranquilidad.
Hay que tomar en cuenta la afluencia de votantes en los consulados salvadoreños en Estados Unidos y algunos países europeos, lo que demuestra el enorme interés de la diáspora salvadoreña en seguir conectados a su país y el hecho que continúan asumiendo sus responsabilidades cívicas pese a la distancia y al tiempo.
Queda ahora la enorme responsabilidad del Tribunal Supremo Electoral de entregar los resultados transparentemente, de resolver todas las dudas y recursos que se presenten y que sepan corregir los problemas presentados de cara a la nueva cita electoral el próximo 3 de marzo.
Las nuevas autoridades electas deben asumir con humildad esta gran responsabilidad que la ciudadanía les ha otorgado. No es un cheque en blanco, es un compromiso con la ciudadanía.