El aumento de los precios de los alimentos básicos se ha convertido en el principal foco de preocupación de los salvadoreños, según lo dicen las últimas encuestas publicadas. Los precios en mercados y supermercados han subido notablemente y pareciera que no se detienen las alzas quincena tras quincena. Cualquier ciudadano lo percibe con solo chequear su lista de necesidades y sus compras.

A eso se le llama inflación y ciertamente es un fenómeno mundial, pero esa explicación no va a tranquilizar a los hogares salvadoreños porque las necesidades son muchas y los recursos limitados. La encuesta del Iudop decía ayer que siete de cada diez salvadoreños tienen la percepción que el costo de la vida está aumentando.

La situación económica es de las principales preocupaciones de los salvadoreños. En ese mismo sondeo señalaba a la economía (28%), el desempleo (13%), el costo de la vida (10%) y la pobreza (6.7%) entre los principales cinco problemas del país. Sumados esos factores económicos alcanzan más de dos tercios de las preocupaciones. Para que veamos la dimensión de estas preocupaciones, con las medidas gubernamentales de seguridad, las pandillas solo le preocupan ahora al 5.5% de los salvadoreños.

Hay algunas medidas de corto plazo pero hay otros factores de mediano y largo plazo que hay que incentivar, como los biocombustibles o la reactivación de la producción agropecuaria que reduzca la dependencia de la importación de alimentos.

La población necesita medidas audaces y efectivas en materia económica, que den tan buenos resultados como la seguridad. Es más complejo, por supuesto porque no tenemos petróleo, no producimos suficientes alimentos y dependemos muchísimo de las importaciones, pero algo hay que hacer.