Luego de semanas de atrasos, el Tribunal Supremo Electoral finalmente ha acordado la contratación de una empresa para la ejecución del voto electrónico para que los salvadoreños que residen en el exterior puedan ejercer el sufragio en las elecciones de presidente y diputados de 2024.

La empresa contratada tiene un historial de polémicas que el Tribunal Supremo Electoral debería tomar en cuenta como advertencia sobre cualquier comportamiento futuro y debe estar vigilante para que este proceso no se vea afectado y sea, por el contrario, un buen precedente para que los salvadoreños en el exterior no solo se vean motivados a votar sino también que queden contentos con el procedimiento.

Es importante también que el TSE contrate a una empresa auditora independiente que garantice los procedimientos informáticos y la transparencia del voto para todos los ciudadanos que lo ejerzan.

Los ejercicios de voto en el exterior que hubo en el pasado reciente fueron de poco interés para la diáspora, algo que con la facilitación del voto electrónico podría cambiar.

El voto en el exterior es un derecho ganado por los salvadoreños que tuvieron que emigrar ya sea por razones económicas o por la situación política o de seguridad que tanto daño nos causó en las últimas décadas. Sus remesas sostienen un cuarto del Producto Interno Bruto salvadoreño y eso les da pleno derecho a seguir expresándose sobre el futuro del país.

De manera que es la responsabilidad del TSE que todo esto funcione bien, que supervisen adecuadamente a la empresa contratada y que se facilite una campaña educativa para motivar a los compatriotas en este derecho ciudadano.