La Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (Siget) informaba esta semana que la generación de energía renovable -hidroeléctrica, solar, geotérmica, eólica y biomasa- abasteció el 76 % de la demanda nacional durante 2022, una buena noticia para el país en términos económicos y ambientales.

Precisamente la Siget sostiene que para el primer trimestre del 2023 el precio promedio de la electricidad experimenta una baja de 2.5% a nivel nacional gracias a las mayores inyecciones de las plantas renovables. La generación renovable suele tener un precio más barato en comparación a la fósil, pues depende de condiciones climáticas mientras que el crudo está sujeto a la especulación del mercado.

Cuando es invierno, por ejemplo, hay mayor participación de la hidroeléctrica, pero si hay una sequía se tiene que echar mano de las plantas de búnker y eso eleva el costo.
El 2022 se caracterizó por una escalada en el crudo después del estallido del conflicto en Ucrania, que coincidía con el verano en El Salvador.

La generación hidroeléctrrica representó el 33.70 % de la matriz de generación acumulada. En segundo lugar, estuvo la geotérmica, con un aporte del 23 %. Las plantas fotovoltaicas representaron un 8.48 % y la eólica un 2.13 %, mientras que la biomasa (ingenios azucareros) fue un 8.65 %. El gas natural, que se considera una tecnología de transición, aportó un 16 % y el búnker un 7.93 %.

Es importante seguir apostándole a estas fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas, fomentar e incentivar inversiones de este tipo para mejorar la matriz energética, el medio ambiente y los precios para el consumidor.