La FIFA finalmente nombró una Comisión Regularizadora del fútbol salvadoreño tras la polémica del tribunal de ética y el desconocimiento del comité ejecutivo de la Fesfut.

Lamentablemente el fútbol salvadoreño lleva décadas de capa caída, de malos manejos, de pobres resultados, de mediocres dirigencias que han impedido que el deporte rey vuelva a una Copa Mundial de Fútbol en cuatro décadas.

El nombramiento de la comisión es una oportunidad de corregir el rumbo, aunque hay que aclarar que este nombramiento es solo por un año y sus funciones están bastante limitadas precisamente a eso: enderezar la nave antes que se hunda.

La comisión deberá gestionar la actividad diaria de la federación, revisar los estatutos y reglamentaciones, ejecutar una auditoría exhaustiva de las finanzas de la Fesfut y establecer una estructura idónea para la correcta gestión de los fondos de desarrollo que proporcionen la FIFA y la Concacaf, de manera que posibilite la debida inversión de estos en el fútbol salvadoreño.

Y además, tendrá que organizar y llevar a cabo elecciones al Comité Ejecutivo de la Fesfut para un mandato de cuatro años.

Son tareas enormes para los cuatro miembros de la Comisión Regularizadora, encabezada por el reconocido abogado Humberto Sáenz. Son desafíos enormes y seguramente la afición será exigente con su labor. Lo más importante que después de esta experiencia, el fútbol salvadoreño no solo se ordene legal y financieramente, sino que también nos retorne por la senda del triunfo que tantas alegrías trajo a los salvadoreños de antaño.