Asesores no especificaron cuántas pruebas de COVID-19 se han hecho a migrantes. / DEM


El gobierno de Estados Unidos se comprometió a no deportar a ninguna persona con un diagnóstico de COVID-19 a El Salvador, y mantiene un análisis para evitar riesgos, indicó el asesor del presidente, Mauricio Claver-Carone.

En una teleconferencia sostenida ayer, el funcionario fue cuestionado por reportes de medios independientes sobre el contagio de COVID-19 en cuatro personas en custodia del Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

Según trascendió en redes, al menos dos salvadoreños en centros de detención estarían contagiados.

Claver-Carone no confirmó ni negó la información, pero sí respondió que Estados Unidos no deportará a migrantes enfermos.

“La salud de las personas que están bajo la custodia de los Estados Unidos son una prioridad. Hemos estado llevando a cabo análisis y viendo para asegurar que no haya ningún tipo de peligro de salud antes que se regresen a sus países. Hay procedimientos, exámenes médicos que se hacen en ICE a los detenidos”.

Sin embargo, dijo que “más que nunca, migrar irregularmente es asegurar el fracaso, el peligro de violencia, enfermedad y contagiar a sus comunidades al regresar”.

A personas detenidas que no pasen exámenes médicos se les mantendrá hasta que pase su enfermedad antes de ser regresados y abordados en su viaje de repatriación, detalló. Según organizaciones defensoras de migrantes en Estados Unidos, las autoridades de ICE siguen rastreando indocumentados para arrestarlos y llevarlos a los centros de detención donde ya hay contagios.

ICE suspendió todas las visitas a los centros de detención de inmigrantes esta semana. En su sitio oficial, el Control de Inmigración y Aduanas asegura contar con un plan de protección de la fuerza laboral ante la pandemia; no detallan las medidas para proteger a los detenidos durante la emergencia mundial.