Señalando las protestas y la inseguridad general, el Departamento de Estado informó en un comunicado que "ordenó la salida de los empleados del gobierno de Estados Unidos que no sean de emergencia y de todos sus familiares que cumplan los requisitos".
También reiteró su recomendación a los ciudadanos estadounidenses de no viajar al país.
El miércoles, el Departamento de Estado confirmó que un día antes habían estallado violentas protestas cerca de "múltiples instalaciones del gobierno estadounidense" en la capital Kinshasa, así como en las proximidades de otras embajadas.
El grupo armado M23 apoyado por tropas ruandesas ha avanzado rápidamente y ha entrado en la mayor parte de Goma, en el este del país, tras días de combates.
Las comunidad internacional, incluido el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, han criticado la ofensiva.
El secretario de Estado, Marco Rubio, expresó su preocupación en una llamada el martes con el presidente ruandés, Paul Kagame, e instó a un alto el fuego inmediato.
Los intensos combates han agravado la crisis humanitaria en una región turbulenta, rica en minerales y asolada durante décadas por agrupaciones armadas respaldados por rivales de la región tras el genocidio ruandés de 1994.