El astronauta de origen salvadoreño, Frank Rubio, era objeto de bromas entre los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (ISS) luego que hace ocho meses reportó haber perdido uno de los tomates del cultivo experimental que él mismo supervisaba.

Para el resto de sus colegas era imposible que el tomate se hubiese perdido y creían que Rubio simplemente se lo había comido y que había mentido sobre su desaparición.

Ya con Rubio de regreso a la Tierra y con un récord de permanencia en el espacio, la tripulación de la ISS finalmente se vio obligada a exonerar a Rubio de dicha desaparición, ya que el tomate fue localizado.

"Nuestro amigo Frank Rubio, que ya regresó a casa, ha sido culpado durante bastante tiempo por comerse el tomate. Pero podemos exonerarlo. Encontramos el tomate", dijo la astronauta de la NASA Jasmin Moghbeli durante un evento transmitido en vivo el miércoles 6 de diciembre que la agencia celebró por el 25 aniversario de la ISS, según recoge el diario El Español.

El experimento de cultivo de tomates busca nuevas formas de explorar la posibilidad de que los astronautas puedan cultivar sus propios alimentos en el espacio y crear vegetación fuera de la Tierra.

El tomate perdido correspondía a una especie de tomate enano Red Robin de 2.5 centímetros que según dice la NASA, el astronauta salvadoreño había cuidado con mucho compromiso científico.

Planta de tomates de cultivo experimental en la Estación Espacial Internacional.
Planta de tomates de cultivo experimental en la Estación Espacial Internacional.


Según los reportes de la ISS esta cosecha no se libró de problemas que pusieron en riesgo su desarrollo. Los sensores que regulan la temperatura, la humedad y el dióxido de carbono de los laboratorios en microgravedad fallaron y se produjo una caída de la humedad que duró varios días afectando a la tomatera.

Tras una de las cosechas en marzo de 2023, se repartieron muestras de los tomates entre la tripulación envueltas en bolsas Ziploc, pero Rubio perdió su bolsa, relata el diario español. Desde entonces el astronauta se la pasó por meses bromeando con la cantidad de horas que había dedicado a buscar la prueba de su inocencia y de que no se había comido el tomate.

"La realidad del problema, ya sabes, la humedad allí arriba es como del 17%. Probablemente esté seca hasta el punto de que no se puede saber qué era, y alguien simplemente lo tiró la bolsa", llegó a explicar Rubio a su vuelta a casa. "Ojalá alguien lo encuentre algún día: una cosa pequeña y arrugada".

Y aunque no han revelado fotografía del estado en el que fue encontrado el tomate y que culmina el misterio de su destino, la anécdota sigue generando risas entre los astronautas.