En Las Gaitas, una zona agrícola ubicada a 50 kilómetros al oeste del canal de Panamá, Yalisbeth Gill se dedica a la cría de gallinas y Liduvina Rivera cultiva café.

A pesar de la distancia, sus actividades han prosperado gracias al respaldo de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). "El canal nos ha proporcionado los materiales necesarios para construir la galera de las gallinas y también nos ha brindado capacitación", señala Gill, de 26 años.

Rivera, de 63 años, destaca que "la Autoridad del Canal siempre ha estado pendiente de nosotros. Ha sido prácticamente nuestro paraguas".

Esta agencia estatal opera el canal desde que Estados Unidos lo entregó a Panamá el 31 de diciembre de 1999. A pesar de las amenazas del expresidente estadounidense Donald Trump de recuperar el canal, la ACP ha mantenido un ambicioso plan de inversiones y programas de asistencia técnica para apoyar a pequeños productores rurales.

El apoyo se orienta a garantizar el suministro de agua al canal, esencial para navegar sus 80 kilómetros. A diferencia del canal de Suez, el canal de Panamá utiliza agua dulce, ya que su suelo rocoso impidió la construcción a nivel del mar.

En el período comprendido entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, se registraron 11,240 cruces de buques, que representan el 5% del comercio marítimo mundial, y cada cruce consume 200,000 millones de litros de agua dulce.

El ingeniero agrónomo de la ACP, Alejandro Figueroa, explica que el objetivo de la asistencia técnica es garantizar la "sostenibilidad económica, social y ambiental" de los productores en la cuenca del canal, que abarca 500,000 hectáreas y cuenta con seis ríos principales, además de numerosos riachuelos. "Hemos trabajado con más de 1,200 familias, reforestando más de 4,500 hectáreas", afirma Figueroa.

La ACP también colabora con una asociación de productores de café de Las Gaitas, que posee una planta con maquinaria moderna para tostar y envasar café. "Nosotros somos como un aliado estratégico del canal", expresa su presidente, Dionisio Delgado.

Gill ha asistido a talleres de la ACP donde aprendió a trabajar la tierra de manera "adecuada," evitando el uso de químicos y herbicidas. "Para nosotros, esto ha sido un boom", asegura Rivera, quien logró mejorar sus ingresos y cumplir su sueño de tener un baño en su casa.

Los programas de asistencia han cobrado mayor importancia con la reducción de las lluvias por el fenómeno de El Niño en 2023. Para evitar crisis futuras, la ACP planea incorporar un nuevo río a la cuenca, construyendo un embalse y un túnel de 8 kilómetros, lo cual tomará seis años y requerirá una considerable inversión. Sin embargo, este proyecto enfrenta la oposición de familias que deberán ser reubicadas.

La cuenca del canal también abastece de agua potable a 2.5 millones de panameños, más de la mitad de la población del país.

Sin embargo, la labor de la ACP no cuenta con el apoyo total de los ambientalistas. "Se pueden ver áreas dentro de la cuenca devastadas para actividades agrícola y ganadera, lo cual no resulta provechoso", señala el biólogo Guido Berguido, líder de la ONG Bosques Panamá Adopta, advirtiendo sobre la disminución en la cantidad y calidad del agua.