El primer ministro de Francia, François Bayrou, anunció este martes que retomará las conversaciones sobre la impopular reforma de pensiones implementada en 2023 por el presidente Emmanuel Macron, que elevó la edad de jubilación de 62 a 64 años y provocó amplias manifestaciones en todo el país.

“He decidido volver a poner este tema sobre la mesa, con los interlocutores sociales, durante un breve período de tiempo”, declaró Bayrou ante el Parlamento.

La medida, aprobada por decreto debido a la falta de apoyo en la Asamblea Nacional, marcó un punto crítico en el gobierno de Macron.

Durante las elecciones legislativas de 2024, la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular centró su campaña en revocar la reforma, pero sin una mayoría clara no consiguió liderar el gobierno.

En un intento por evitar una moción de censura, Bayrou busca un acercamiento con los socialistas, proponiendo negociar una versión más justa de la reforma sin comprometer el equilibrio financiero del sistema.

Como parte de este proceso, solicitó al Tribunal de Cuentas un informe que guiará las discusiones que comenzarán este viernes.

El primer ministro fijó un plazo de tres meses para alcanzar un acuerdo.

“Podemos buscar una nueva vía de reforma, sin tótems ni tabúes, ni siquiera la edad de jubilación, los famosos 64 años, a condición de no socavar el equilibrio financiero”, aseguró. Sin embargo, advirtió que si no se llega a un consenso, la reforma actual seguirá vigente.

La economía francesa, segunda en la Unión Europea, enfrenta elevados déficits y niveles de deuda pública que agravan el panorama financiero.

La oposición ya ha demostrado su capacidad de bloquear al gobierno, como ocurrió en diciembre al rechazar el presupuesto de 2025, lo que derivó en la caída del gabinete anterior liderado por Michel Barnier.