"A lo largo de todo este proceso electoral se vio la aplicación por parte del régimen venezolano de su esquema represivo complementado por acciones tendientes a distorsionar completamente el resultado electoral, haciendo que ese resultado quedara a disposición de la manipulación más aberrante", asegura el texto.
Tras horas de incertidumbre el domingo, el Consejo Nacional Electoral venezolano (CNE), de línea oficialista, acabó dándole la victoria a Maduro con el 51,2% de los votos frente al 44,2% del principal candidato opositor, Edmundo González.
Pero tanto la oposición, liderada por María Corina Machado, como gran parte de la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y Colombia, pusieron en duda los resultados que otorgan a Maduro su tercer mandato consecutivo de seis años.
Machado aseguró el lunes que tenía en su poder copias del 73% de las actas de escrutinio y proyectó una victoria de González con 6,27 millones de votos frente a los 2,75 de Maduro.
La oficina de Almagro aseguró que el hecho de que la oposición haya presentado las actas y no lo haya hecho el gobierno "sería risible y patético si no fuera trágico".
"En este contexto resulta imperioso conocer sobre la aceptación de Maduro de las actas en poder de la oposición", así como que acepte "su derrota electoral", indicó el comunicado.
"De no hacerlo, sería necesaria la realización de nuevas elecciones, pero en este caso con las misiones de observaciones electorales de la Unión Europea y la OEA presentes y un nuevo CNE para que se reduzca el margen de irregularidad institucional que plagó este proceso", afirmó.
El Consejo Permanente de la OEA convocó para el miércoles una reunión extraordinaria para "abordar los resultados del proceso electoral" en Venezuela.