La gira de Tsai, que también la llevará a Belice, tiene lugar días después de que Honduras rompiera relaciones diplomáticas con Taipéi decantándose por el vínculo con Pekín.
Tras una breve reunión de Tsai con el mandatario guatemalteco Alejandro Giammattei, ambos dieron un mensaje conjunto donde reafirmaron su vínculo.
"Guatemala es un sólido aliado diplomático de Taiwán, en los últimos años se continúo consolidando nuestra cooperación en áreas de salud, la economía, el comercio así como infraestructura básica", afirmó Tsai en su intervención.
Además, agradeció el respaldo que dio el año pasado el mandatario guatemalteco cuando China realizó maniobras militares.
Tsai también destacó la cooperación de 22 millones de dólares a Guatemala para la construcción de un hospital en la Ciudad de Chimaltenango (oeste), el cual comenzó a funcionar el pasado 20 de febrero.
Sin embargo, esa apertura se opacó pocas semanas después con la detención de un viceministro de Salud y dos ejecutivos del nosocomio por supuestos actos de corrupción al realizar compras anómalas por casi 10 millones de dólares.
"Para Guatemala esta visita es muy significativa para renovar y reafirmar el total respaldo al gobierno de Taiwán, reiterando el reconocimiento de Taiwán como una nación independiente y como la única y verdadera China", puntualizó, a su vez, Giammattei.
La presidenta hizo una escala en Nueva York y en su viaje de regreso planea reunirse en California con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, lo que indujo a China a advertir a Estados Unidos que está "jugando con fuego".
Washington afirmó que no hay razones para que China "reaccione de forma exagerada".
Campo de batalla diplomático
Tsai partirá el domingo a Belice, donde conversará al día siguiente con el primer ministro, John Briceño, y se marchará el martes.
Honduras rompió relaciones con Taiwán y reconoció a China, el domingo pasado.
La decisión redujo a 13 los países que todavía reconocen a Taiwán, que ha perdido varios aliados latinoamericanos en años recientes.
Paraguay podría ser el próximo, pues tiene elecciones presidenciales en abril y el candidato opositor Efraín Alegre ha dicho que si gana, revaluará los lazos con Taiwán.
China considera a la isla de gobierno democrático y autónomo como parte de su territorio, que espera recuperar un día incluso por la fuerza.
Bajo el principio de "Una sola China", no permite que ningún país tenga lazos diplomáticos con Pekín y Taipéi a la vez.
América Latina ha sido un campo de batalla diplomático desde que Taiwán y China se separaron en 1949, al final de la guerra civil china.
Los comunistas tomaron el poder en China continental, mientras los nacionalistas se replegaron a Taiwán.
En años recientes, abandonaron a Taiwán para unirse a China Nicaragua en 2021, El Salvador en 2018, Panamá en 2017 y Costa Rica en 2007.
Principal aliado
Estados Unidos no tiene lazos diplomáticos con Taiwán, pero sí una sólida relación no oficial, según el Departamento de Estado.
Washington es el principal aliado de la isla y su mayor proveedor de armas, aunque cambió el reconocimiento a Pekín en 1979.
Tras la decisión de Honduras, el secretario de Estado, Antony Blinken, expresó que Washington ha ofrecido apoyo al pueblo de Taiwán, pero reconoce el principio de "Una sola China".
"Los países tienen que tomar sus propias decisiones soberanas sobre su política exterior", dijo Blinken. "Eso se lo dejamos a ellos".
Única y verdadera China
Según la secretaría de planificación de Guatemala, la cooperación no reembolsable taiwanesa entre 2013-2021 llegó a 90 millones de dólares, tres más que la asistencia de la Unión Europea.
En 2021 Taipéi firmó con Guatemala otro acuerdo por 60 millones de dólares no reembolsables para los próximos cuatro años.
Los lazos entre Taiwán y Guatemala no han estado exentos de controversias, pues el expresidente guatemalteco Alfonso Portillo fue condenado en Estados Unidos por tratar de lavar 2,5 millones de dólares de sobornos pagados por Taiwán a cambio de mantener el reconocimiento a la isla.
Portillo, quien se declaró culpable, fue condenado a cinco años y diez meses. Estuvo preso casi dos años, pues se le descontó el tiempo de reclusión en Guatemala.