El fuego es avivado por los fuertes y secos vientos de Santa Ana, que soplan en California en esta época del año, y que recobraron intensidad esta semana en la región, esparciendo las columnas de humo y las brasas.
Cientos de bomberos del condado de Los Ángeles y del departamento forestal combaten las llamas por tierra, mientras que otros equipos atacan por aire, con helicópteros y otras aeronaves lanzando de forma incesante agua y retardante.
Las autoridades emitieron órdenes de evacuación que impactan a unas 31.000 personas en la región, que está a casi 60 kilómetros al norte de Los Ángeles.
"Estamos listos para irnos", dijo un residente que se identificó como Fred en entrevista con la televisora KTLA mientras rociaba su casa con una manguera.
"Es aterrador", comentó refiriéndose a la violencia de las llamas.
"Estábamos paseando a mis animales alrededor de esta colina, y cuando miré hacia el cañón, vi un poco de humo", relató Fred. "En menos de cinco minutos se convirtió en la mayor columna de humo que he visto en mi vida. Se puso todo oscuro de la nada".
Los portavoces de los departamentos a cargo del combate sostienen que las condiciones meteorológicas están jugando un rol crucial en la explosión de las llamas, cuya causa inicial está bajo investigación.
"Es un incendio fuertemente impulsado por el viento. Avanza muy rápido...hay algo de terrenos empinados, y nuestra vegetación es muy, pero muy seca. Hemos tenido muy poca precipitación", dijo Dana Dierkes, del Bosque Nacional de Ángeles
El sur de California atraviesa un muy seco inicio de su temporada de lluvias, con más de ocho meses sin precipitaciones en algunas localidades.
"Tenemos vientos, baja humedad y esta vegetación que no ha visto humedad en mucho tiempo. Todo esto combinado está propagando este incendio extremadamente rápido", comentó Brent Pascua, de los bomberos de California.
Y el pronóstico no es alentador.
"Clima peligroso", advirtió el Servicio Nacional de Meteorología en sus redes sociales, que pronosticó ráfagas de viento de entre 80 y 100 kilómetros por hora en las próximas horas.
"Devastación"
Cerca de 2,000 estudiantes de la región fueron evacuados de los centros educativos, informó el superintendente escolar de Castaic, Bob Brauniesen.Hay también cuatro centros penitenciarios en la región que albergan a unas 4.700 personas, dijo la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
"Instamos a los supervisores del condado a instruir al departamento del sheriff para organizar de inmediato el transporte necesario para evacuar las cárceles sin demora".
Una crucial autopista que comunica la región con Los Ángeles, entre otras arterias viales, fue cerrada por el avance de las llamas.
El departamento del sheriff del condado de Los Ángeles urgió a los ciudadanos a acatar las órdenes de evacuación y abandonar la zona amenazada por las llamas de inmediato.
"Hemos visto la devastación causada por la gente que se recusó a obedecer estas órdenes en los incendios Eaton y Palisades", dijo el sheriff Robert Jensen.
"No quiero ver eso en nuestra comunidad también. Si recibió una orden de evacuación, por favor, váyase", añadió.
El gobernador de California, Gavin Newsom, dijo que enviaron refuerzos estatales para reforzar la lucha contra las llamas.
Estas nuevas llamaradas se desataron luego de que severos incendios forestales arrasaran comunidades enteras alrededor de Los Ángeles, cobrándose al menos 28 vidas, desalojando a decenas de miles de personas y reduciendo a cenizas a miles de estructuras.