El presidente colombiano, Gustavo Petro, se negó el domingo a permitir el aterrizaje de vuelos militares estadounidenses con deportados y exigió a Trump condiciones "dignas" como no esposar a los repatriados, lo que desencadenó una efímera crisis diplomática con amenazas arancelarias.
Tras horas de tensión, Bogotá cerró la disputa al aceptar los términos del republicano y envió el lunes dos aeronaves oficiales con destino a las ciudades estadounidenses de San Diego y Houston.
"Son colombianos, son libres y dignos y están en su patria donde se les quiere. El migrante no es un delincuente, es un ser humano que quiere trabajar y progresar, vivir la vida", escribió Petro en la red social X al confirmar el regreso de las aeronaves.
En el interior de los aviones no llevaban ningún tipo de grillete, según fotografías difundidas por el gobierno.
"No es un sueño americano, es una pesadilla americana el que la vive. No sabíamos si era de día o si era de noche, aún peor que un preso. La comida que daban la daban dañada", contó ya en Bogotá el migrante Carlos Gómez a la AFP y otros medios.
Desprovisto de cualquier pertenencia e incluso de los cordones en sus zapatos, el hombre denunció que él y su hijo de 17 años, que migraron apenas hace dos semanas, fueron esposados mientras eran llevados a uno de los vuelos iniciales rechazados por Petro.
"'Papi, me duele', lloraba", añadió. "A mí no me hicieron maltrato de palabras porque preferí ir mejor calladito y a una esquina... Nada más el trato que estábamos en la celda y nos tiraban la comida en el piso", completó.
"Pesadilla americana"
Otros de los repatriados en los dos vuelos oficiales, que transportaron 101 y 91 personas respectivamente, también criticaron los tratos a los que fueron sometidos durante su detención."Entiendo que entramos de manera ilegal a Estados Unidos. Pero el trato fue algo precario. Nos quitaron las pertenencias", explicó a Caracol Radio Daniel, otro migrante que pagó más de 5.000 dólares a coyotes para llegar a territorio estadounidense y que también estuvo en uno de los aviones rechazados.
"Inicialmente veníamos desde San Diego...esposados y con cadenas a la cadera, como si fuéramos unos extraditables o delincuentes de alta gama. ¿Y cómo es que siendo colombianos no nos dejan aterrizar en Colombia?", denunció.
Ante la llegada de estos deportados, el gobierno colombiano anunció también un "plan de crédito accesible para apoyar su reintegración productiva", sin precisar su monto destinado al programa.
"Estructuramos plan de crédito productivo, asociativo y barato para el migrante", dijo Petro en X.
El gobierno colombiano no ha aclarado si llegarán más vuelos, qué autoridades los operarán y bajo qué acuerdos con Washington.
Crisis diplomática
El incidente diplomático del fin de semana es el primer choque de Petro con Trump, quien asumió la presidencia el 20 de enero con promesas de mano dura contra la migración irregular.El republicano reclamó la victoria el lunes, diciendo a congresistas republicanos en Miami que "Estados Unidos es respetado de nuevo".
En medio de la crisis, Trump había anunciado altos aranceles a las importaciones procedentes de Colombia y la embajada estadounidense en Bogotá suspendió la expedición de visas, asegurando que una vez los deportados regresaran a Colombia se levantarían las medidas.
En represalia, Petro emitió sanciones similares contra Estados Unidos, el principal socio comercial del país, cuyas fuerzas militares han cooperado desde hace décadas en la lucha contra las guerrillas y los carteles del narcotráfico.
Las amenazas de Trump de deportar a miles de personas lo enfrentan con los gobiernos de América Latina, de donde se estima provienen la mayoría de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
El gobierno de Brasil convocó el lunes al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos para pedir explicaciones sobre el trato "denigrante" dado a los deportados que llegaron el viernes a Brasil.