El presidente taiwanés, Lai Ching-te, prometió el jueves "resistir la anexión" ante la creciente presión militar y política de China sobre la isla de gobierno democrático.

"Mantendré el compromiso de resistir la anexión o usurpación de nuestra soberanía", declaró Lai en un discurso con motivo de la celebración del Día Nacional.

Poco antes, un alto cargo estadounidense afirmó que China podría utilizar la celebración del Día Nacional taiwanés "como pretexto" para efectuar ejercicios militares cerca de Taiwán. la República Popular China insiste en que Taiwán es parte de su territorio, aunque nunca ha gobernado la isla, y no descarta el uso de la fuerza para retomar el control.

Lai sostuvo en su discurso que la República Popular China "no tiene derecho a representar a Taiwán”.

"La República de China [nombre oficial de Taiwán] —que echó raíces en Taiwán, Penghu, Kinmen y Matsu— y la República Popular China no están subordinadas entre sí", dijo Lai.

"La República Popular China no tiene derecho a representar a Taiwán", dijo Lai, añadiendo que su misión como presidente era "salvaguardar la supervivencia y el desarrollo del país" y garantizar que "la soberanía de la nación no sea violada ni anexada".

Pekín ha intensificado la presión sobre la isla para que acepte su reclamo de soberanía, y las relaciones bilaterales han continuado tensas desde que Lai tomó el poder en mayo.

Las celebraciones del jueves marcan el 113 aniversario de la caída de la dinastía china de Qing y la posterior fundación de la República de China.

La actual disputa entre China y Taiwán data de la guerra civil entre las fuerzas nacionalistas de Chiang Kai-shek y los comunistas de Mao Zedong. Los nacionalistas huyeron a Taiwán tras su derrota a manos de los comunistas en 1949.

Taiwán mantiene el nombre oficial de República de China y ha sido autogobernada desde entonces. Desde 1996 es una nación democrática con amplias libertades públicas y respeto a los derechos humanos.