El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este miércoles que mantiene una relación cordial con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien considera diferente en el trato privado, en contraste con su imagen pública. La afirmación surgió durante una entrevista televisiva en la que Lula describió a Trump como alguien con “dos facetas”.

“Cada vez que hablo con Trump me sorprende. Muchas veces le ves por televisión muy nervioso, pero en el trato personal es otra persona. Yo ya le he dicho que tenemos dos Trump, el de la televisión y de la conversación personal”, expresó Lula durante una entrevista en TV Verdes Mares.

Ambos mandatarios conversaron por teléfono el martes, en un diálogo donde Lula solicitó a su homólogo estadounidense eliminar los aranceles restantes que aún pesan sobre algunas exportaciones brasileñas. La mayoría de las tasas fueron eliminadas en noviembre, y el mandatario brasileño calificó la conversación como positiva. “Fue una conversación extraordinaria”, sostuvo.

Lula se mostró confiado en el futuro de la relación entre ambas naciones. “Va a ser una buena relación”, dijo, convencido de que Brasil y Estados Unidos pueden lograr beneficios conjuntos. “Tras 200 años de relación diplomática no tiene por qué divergir Estados Unidos y Brasil”, añadió.

Otro de los puntos abordados en la llamada fue la lucha contra el crimen organizado. Lula explicó que expresó la disposición de su gobierno para colaborar con Estados Unidos en temas fronterizos y de seguridad. “Le dije que estamos dispuestos a trabajar juntos en la frontera y donde sea necesario”, indicó, al mismo tiempo que pidió apoyo para capturar a líderes criminales brasileños que puedan estar operando desde territorio estadounidense.

La relación entre ambos países sufrió un fuerte deterioro en 2025, tras la imposición de aranceles por parte de Trump sobre más de 200 productos brasileños, así como sanciones contra funcionarios del gobierno. Washington justificó estas acciones alegando perjuicios económicos y acusaciones sobre restricciones a la libertad de expresión y persecución política, haciendo alusión al caso del expresidente Jair Bolsonaro, investigado por intento de golpe de Estado.

El punto de inflexión se dio el 23 de septiembre, durante un breve encuentro en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Desde entonces, ambos presidentes afirman haber desarrollado una “excelente química”, aunque Trump no ha dejado de cuestionar a Lula, a quien ha acusado públicamente de perseguir a sus opositores políticos.