Traer a su cuarto hijo al mundo en el mes de marzo, la bebé Ori, se convirtió en una experiencia aterradora para la actriz israelí Gal Gadot, de 39 años, especialmente en los últimos meses de su gestación.
A punto de cerrar 2024, la protagonista del filme "Wonder Woman" (Mujer Maravilla, 2017) hizo un balance de los retos y adversidades a partir de su octavo mes de embarazo, cuando la diagnosticaron con un "enorme coágulo de sangre en su cerebro".
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"Durante semanas soporté dolores de cabeza tan intensos que me dejaban en cama, hasta que finalmente me sometí a una resonancia que reveló la aterradora verdad", recordó. "Fuimos corriendo al hospital y, en cuestión de horas, me sometieron a una cirugía de emergencia. Mi hija, Ori, nació en medio de ese momento de incertidumbre y miedo", explicó.
El nombre de Ori, que significa "mi luz", tiene un profundo significado para Gadot: "Antes de ser llevada a quirófano, le dije a Yaron (su esposo) que cuando naciera, ella sería nuestra luz al final del túnel", compartió.
A través de su mensaje, Gadot también quiso sensibilizar a su audiencia sobre este tipo de problemas médicos, destacando la importancia de escuchar el cuerpo y actuar de forma oportuna: "Este viaje me ha enseñado mucho. Es vital confiar en lo que nos dice el cuerpo. El dolor, la incomodidad, o incluso los cambios sutiles pueden tener un significado más profundo, y estar en sintonía con eso puede salvarte la vida", aconsejó.
También mencionó que tres de cada 100 mil mujeres embarazadas de 30 años desarrollan un coágulo de sangre: "Es crucial detectar el problema a tiempo, porque es tratable. Aunque raro, es posible, y conocer su existencia es el primer paso para abordarlo", concluyó.