En esta entrevista exclusiva con Diario El Mundo, el cómico salvadoreño Hugo Castillo repasa sus inicios en la televisión, los desafíos de hacer humor en El Salvador y de cómo ha logrado mantenerse vigente en un mundo donde las redes sociales han cambiado las reglas del juego.

Además, comparte detalles sobre su participación en la secuela de la película "La balada de Hortensia" y reflexiona sobre el sacrificio y la perseverancia que exige la vida artística.

Déborah Penélope cumple 30 años...

El recuento de 30 años de andar recorriendo El Salvador, algunos lugares de Centroamérica y dando todo lo que puedo como comediante que soy. Sé que ahorita me ven en una etapa seria; yo no soy muy comediante fuera del personaje pero ya con el personaje me transformo; es decir, me convierto en el personaje, la obligación es hacer reír al público que uno tiene en frente.

¿Cómo llegó al mundo del entretenimiento y de la comedia?

Para que los que no me conocen, yo soy un salvadoreño de casi 60 años, nacido en San Salvador. Desde pequeño tenía aquel espíritu, aquel ímpetu y aquella gracia para buscarle chiste a todo. Cuando estudiaba en el colegio Cervantes empecé a formar un grupo de teatro cómico, porque me gustaban las comedias que salían en Televisa, los programas, y eso le llamó mucho la atención al director; entonces, llegaron de Canal 10, Televisión Educativa en ese tiempo, a pedir talentos, gente que el director considera que se pudieran usar para salir en televisión. Él me escogió a mí... Entré a Televisión Educativa a principios de 1982. Trabajé en noticieros deportivos, juveniles y en programas infantiles de aquel tiempo, como “La Casa de Tiana”, “Club Infantil” y “Fantasía”.

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Hasta que hubo un cambio de gobierno: Hubo reducción de presupuestos y ya no pudimos seguir. Me acuerdo que eso fue en el 84. De ahí hubo una pausa donde yo me dediqué a estudiar.

¿Qué estudió?

Mi papá quería que yo estudiara Relaciones Internacionales, de los cuales hice unos ciclos. Yo me volví la persona que le gustaba contar chistes y usaba mucho como referencia a un comediante que se llamaba Velorio, que es quizás el mayor representante de la comedia de Guatemala. En ese momento, yo contaba chistes de todo.

El esposo de mi prima fue a un casting de Canal 12, en ese tiempo había un programa que se llamaba “Telepirata”, que es donde nació la Tenchis Céliber y le dije que iba a ir al casting; lo que quería era conocer el canal 12 y tal vez ver quién interpretaba a la Tencha. Fui y él pertenecía a un grupo de la Universidad Matías Delgado que eran 50 estudiantes, incluido el esposo de mi prima y yo me metí. Cómo empecé a ser bastante “bayunquito”, me dijeron, "Bueno, vos tendrías que meterte también al casting"; en total yo fui el 51.

Este fue el primer show de Déborah Penelope, hace 33 años.
Este fue el primer show de Déborah Penelope, hace 33 años.


¿Y quedó?

De los 51 quedamos seis. Yo quedé y el esposo de mi prima no se quedó. Entramos y empezamos a ensayar para un programa nuevo. En aquel tiempo hubo un programa que se llamaba “Cachún Cachún Ra Ra” en Televisa; así querían hacer el programa.

A mí me pusieron el papel más cómico del elenco. Y llegó Julio Yúdice a ver los ensayos. Yo me emocioné, en ese momento Julio era una bomba, empezamos a hablar y me dijo, "Mira, a ver qué proyecto hacemos más adelante”.

De repente, suspendieron el programa en el que yo estaría... Entré en una depresión y a los dos días de eso recibo una llamada de Julio y sólo me dice: “Mira, te voy a decir rápido”, porque él es bien así. “¿Querés entrar a Telepirata?”... Casi caigo con paro. “Vení mañana a tal hora”, me dijo.


Con Julio Yúdice no hay tales de titubear...

Julio es rápido y coincide que yo así soy; yo soy bien práctico.

¿Cómo fue el proceso para entrar a la TV?

Julio me explicó el proceso. La prueba me la haría el propio el hijo del dueño: Larry Zedán; ahí sí me quedé cortado y Julio solo me pegó en la pierna y me levanté y me metí a la oficina y me dijo “haceme reír”.

¿Así, de la nada?

Sí, yo le dije que iba a interpretar a un locutor de noticias que tenía un problema que tenía un tic y tenía un problema que cambiaba de voces a medida que lo iba haciendo. Esto lo hacía yo en mi casa bromeando con mis amigos. Y lo hice, y Larry empieza a reírse y me dice: "Ya, ya estuvo. Bienvenido a Canal 12. Empezas a trabajar mañana a las 8:00 a.m.". Fue un golpe de suerte o la bendición de Dios, no lo sé.

¿Fue difícil trabajar Julio?

Julio es un genio. Es muy bueno para escribir. Jamás me dijo: "Así tenés que actuar". Julio te suelta la pita, si aprovechas, bueno. A los meses me nombró guionista también del programa. Después de menos de un año ya era director artístico del programa, pero porque Julio viajaba mucho, trabajaba en una línea aérea; entonces, necesitaba a alguien con quien tener respaldo en el canal.

Entonces empecé a dar rienda suelta a las habilidades que tenía, a ese don y así fue como se fue desarrollando mi personaje en “Telepirata”.

¿Cómo nació Déborah Penélope?

En el programa hubo una vez que se necesitó que alguien se vistiera de mujer, pero hasta ahí. Después, mucha gente contrataba al staff de “Telepirata” para que nos presentáramos en eventos patronales o fiestas. Y entonces llevaba dos sketch: uno con Eunice Chávez y otro donde salía con Julio Burgos.

Pero había gente que me pedía tres sketch. Entonces, hice ese personaje de mujer yo solo y vi que empezó a funcionar. Hasta ese momento no tenía nombre. Después, me pedían el show solo a mí. Luego, para una fiesta en casa de una amiga Ima Martínez de Carrizales, hicieron que yo me vistiera y les dio bastante risa. Ahí yo me dije: "No, yo a esto le tengo que sacar mente y dinero".

Me contactaron para un programa nuevamente en Canal 12 que se llamaba “Muchas Risas” donde yo salía y el copresentador era Carlos Ayala, exdirector de Radio Fiesta. Yo era la parte cómica y presentaba videos. Eso me provocó cierta cercanía con gente de La Raza Band. Ellos tenían un aniversario y decidieron poner mi show que en ese tiempo se llamaba el “Show de Hugo Castillo”, fue la primera vez que me presentaba en un antro. Confieso que usé malas palabras y provocaron una explosión de carcajadas y al finalizar el dueño me dijo, "Yo te quiero todos los jueves aquí".

Llegué a ser el gerente de la discoteca y eso me hizo tener una cercanía con lo mejor de la música nacional. Yo parto los 30 años de Deborah Penelope a partir de ese momento, pero realmente son más.

¿Y el nombre?

A mí me gustaba mucho Déborah por una cantante que se llamaba Debbie Gibson y en esos momentos apareció de moda la primera película de Penélope Cruz. Y buscándole el doble sentido, le puse así. Es altamente memorizable para mí. Acuérdate que hasta un nombre artístico tenés que buscar uno que se le quede rápido al público. Seguí siendo gerente de discotecas y Déborah, hasta que un jefe me pidió que decidiera por una cosa y decidí dedicarme solo a Déborah.

¿Cuál es el principal reto de hacer comedia en El Salvador?

Lo que pasa es que en El Salvador estamos acostumbrados a la comedia blanca, la que nos heredó el gran maestro Aniceto Porsisoca. Un humor derivado de los mexicanos, que era humor blanco, buenísimo, divertido.

Yo dije: "A mí me gusta esto". Y mucho más cuando vi, en ese lugar donde actué, que las malas palabras dichas de vez en cuando provocaban un éxtasis de risa. Entonces, yo dije: "Tengo que seguir en esta línea”.

¿Por qué la sexología?

Porque a mí desde niño siempre me gustó leer, pero en ese tiempo no había Internet, no había forma de tener esa lectura tan a la mano. Pero, mi padre me empezó a inculcar mucho la lectura. De hecho, él me exigía leer, era bien culto y me conseguía libros al respecto. Mi papá llegó a tener una librería que se llamaba La Segunda Lectura.

De hecho, Déborah es sexóloga no solo por el hecho de decirlo, sino que porque yo sé bastante de sexología y que a la larga le he sacado provecho a nivel cómico, pero no ha sido así nomás...

Comediante nato...

Yo soy un comediante nato. Yo sé que puedo hacer reír fácilmente a cualquier grupo.

El personaje ya cercano al que conocemos.
El personaje ya cercano al que conocemos.

¿Cómo vivió la pandemia de covid-19 siendo artista?

Con los ahorros que tenía, viví dos meses. Pero después de dos meses el dinero se va acabando. Se me ocurrió algo: yo había grabado cinco DVDs de shows en vivo, y los saqué a la venta. Mi sorpresa fue cuando piratearon el primero, yo dije: "Se me acabó el negocio”, pero a la larga eso llevó el personaje a nivel nacional.

Después, cuando ya permitieron que por lo menos saliera uno, la gente me los pedía y así arriesgando me iba de municipio a municipio a vender los discos a domicilio, la gente no me los compraba a $5 como yo los vendía, sino que me daban $10 o $15, otros me compraban cinco discos.

También enviaba saludos en redes sociales, todo ese tiempo yo lo viví a puro saludo. La gente me daba $50 dólares, me daba $20 de Estados Unidos, me hacían la transferencia y cuando veía el dinero depositado, ya lo grababa. Desde que restauraron el país, yo no paré de trabajar. La gente necesitaba reírse y el comediante cayó como al pelo.

¿Cuáles son los desafíos que ha enfrentado su personaje?

La doble moral. El público puede estar viendo el show y tú decís una palabra fuera de tono, la gente dice "ush, vulgar". Pero, esa persona no se pone a pensar las palabras que usa cuando el vecino le dejó la basura frente a la puerta. Señores, hay gusto para todos. Si a usted no le gusta el show, ni siquiera se tome la molestia de mirarlo, ignórelo completamente. Pero hay un mercado grande que le gusta lo que yo hago. Si no, no estuviera vigente 30 años después de haber empezado esto. Si yo genero ingresos para vivir hasta mejor que un profesional quizás. Pero no tengo ingreso fijo.


¿Déborah Penélope sentó un precedente en este tipo de de comedia?

Yo creo que sí. Yo creo que nadie había estado tan mal de la cabeza como yo, para hacer lo que yo hago, sinceramente. De hecho no lo hay.

Hablemos de su presentación en el último episodio del programa “Los Pericos” de Yeik...

Yo le voy a decir de primera mano lo que realmente pasó porque yo estuve ahí. A mí me invitó Wichito para estar en el programa. Ha sido muy amable. Pues yo dije, "¿por qué no?". Además, es un podcast que tiene un alcance enorme. Desde que entré, noté que había una señorita que empezaba a gritar y a decir cosas; yo no defiendo a nadie, simplemente digo lo que vi y lo que escuché.

Creo que sacó de sus casillas a Yeik, él le contestó. Yeik tiene que entender que él es una figura pública, él tenía que, mejor haberse quedado callado, pero no confrontar. Su respuesta a la larga fue lógica, porque lo estaban insultando, pero ahí la regó en ponerse de tú a tú con ella, comprendo que, en ese momento de euforia uno puede reaccionar. Pero las redes sociales eso no lo dicen.

Son cosas que se aprenden. Y sobre todo con la con la profesión. Ahora, se aprende y cargar con ese peso que tiene la figura pública, híjole. Eso es difícil de manejar. Por eso, trato de mantenerme alejado de toda polémica. Suficiente polemizo con el estilo de mi show, de mis chistes como para venirme a complicar a estar, dime que te diré con otros. Ese no es mi estilo. Yo soy comediante, no soy tiktoker, ni influencer, ni nada.

¿Trató usted de hablar con Yeik después?

No, yo es algo que tengo que mantenerme al margen totalmente. No tengo por qué opinar. Es más, es primera vez que yo digo algo al respecto. Y vuelvo a lo mismo: Yo no defiendo a nadie, digo lo que vi, lo que escuché y mi sugerencia para Yeik.
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¿Qué le aconseja a las nuevas generaciones de artistas?

Mira, en El Salvador es tan difícil. Lamentablemente en este país los artistas, sea de la rama que sea, yo veo que duran dos años y desaparecieron de la palestra. Muchas personas me dicen: "mire, yo quiero, ayúdeme a ser comediante”, todo lleva un proceso y el momento adecuado. La Tencha no apareció de repente...
No crean que es fácil ser comediante, solo yo sé lo que mis zapatos han recorrido.

¿Será que Déborah Penelope ofrece consultas a través de TikTok?

Sí, claro. De hecho, ahorita estoy empezando a hacer Lives de TikTok. Hay mucha gente que me pregunta cosas, hombres que me preguntan sobre la disfunción erectil, de eyaculación precoz, de miembro viril diminuto, qué hay que hacer en el sexo, o sea, mujeres con unas patologías tan jocosas y me buscan como sexóloga y ahí surgen mis conocimientos; lógicamente, no es como que fuera un profesional en la materia, pero ahí salgo adelante con los consejos.


¿Le parecen importantes las redes sociales?

Las redes sociales para mí son importantísimas, desde hace 12 años que tengo Facebook. Yo despierto y lo primero que hago es dedicarle de una hora a revisar mi Instagram, mi TikTok, mi Facebook y mi fanpage y WhatsApp y responder notificaciones, publicar las cosas de los lugares donde voy a actuar, porque hay que publicar post de cada lugar donde vas a actuar. Parece mentira, pero eso tiene que estar ligado 100 % al personaje.

¿Realiza otro trabajo a parte de ser comediante?

No trabajo de otra cosa. Son pocos los que viven de ser artista en El Salvador. Aquí la gente trabaja los días de semana y el arte se hace viernes y sábado de noche. Yo no puedo, yo soy dedicado 24/7 al arte.


30 años con Deborah Penelope. ¿Va a haber algún evento especial?

Sí. El restaurante El Sombrero Azul, en Santa Tecla, va a ser oficialmente la celebración para cerrar algo que se llama La Gira de la Risa.

En Diario El Mundo tenemos la tradición de que los artistas nos cuenten una exclusiva o primicia...

Vale, les voy a contar algo. La película "La balada de Hortensia" protagonizada por Julio Yúdice, Francisco Gattorno y otros... viene la segunda parte. Se graba hoy en junio, ya están todos los horarios hechos en locasiones y voy dentro de la película, pero no como Déborah, sino con el personaje del doctor que hice en el programa “Duro Blandito”. Soy parte del staff de la película.

¿Va para Estados Unidos?

Sí, sería la primera vez. Solo he ido a Europa y a Centroamérica, pero Estados Unidos sería primera vez.


Alguna reflexión que usted quiera compartirnos

Sí quieren ser comediantes y no hablo de otros ramos porque hablo del ramo que yo manejo. Perseveren, esto no es fácil.

No crean que esto da dinero de la noche a la mañana, es un proceso, las redes te levantan y así te bajan, en dos patadas, todo depende de la perseverancia y lo que dije al principio, mirate en el espejo y mira si tienes las actitudes realmente para hacerlo. Pero ese país la comedia es de poco, de hecho en El Salvador hay pocos comediantes ya. Ya no vemos. Después de la muerte del flaco Frank ya quedamos pocos.