El Salvador dejó claro este martes 30 que el cantante Luis Miguel pertenece a todas las generaciones y lo abrigó como a un hijo en una noche de brisa fresca, pese a que no dirigió palabras más allá de sus líricas, o pese al uso de playback en los momentos que fuera necesario.

Finalmente, el público quiso hacer brillar al “Sol de México”, que respetó su agenda con elegancia, en un escenario engalanado con su sola presencia, pero también con una orquesta fabulosa, bellísimas y talentosas coristas; una sola pantalla de fondo que engrandecía su imagen como una laptop abierta y un sonido espectacular.

El despliegue de éxitos dejó a un público satisfecho tras hora y media de concierto.
El despliegue de éxitos dejó a un público satisfecho tras hora y media de concierto.



El público que logró llegar a tiempo -después de un tráfico invivible en toda la zona del estadio Cuscatlán- hondeó sus pulseras de luz inteligente para recibir al artista de 53 años, fabulosamente enérgico y esbelto, y que dio paso a un desfile de sus mejores éxitos: “Será que no me amas”, “Amor, amor, amor”, “Suave”, “Culpable o no”, “Te necesito”, “Hasta que me olvides”, “Dame”, “Por debajo de la mesa”, “Sonríe” y las más esperadas del concierto: “La Bikina” y “La incondicional”.

“Lo seguimos desde siempre, es el ídolo de la canción por excelencia”, afirmó su fan Rosario Fuentes, entre el público. “Él es como los buenos vinos. El playback no me importa, yo estoy aquí para verlo a él”, declaró también Jazmín Castro, de 28 años.

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Y es que todo se le perdona al ídolo, que ha estado vigente a través de varias generaciones y a lo largo de más de 40 años de carrera, con canciones que todos conocemos e innegablemente hemos cantado, que han sido parte sueños, noviazgos, matrimonios o simplemente memorias de juventud, de radio y telenovelas.

El cantante logró un lleno total del estadio, lo que pocas veces se logra con otras estrellas.
El cantante logró un lleno total del estadio, lo que pocas veces se logra con otras estrellas.